La fiesta brava regresa a la Plaza México después de inumerables discusiones. Los abogados que forman el círculo taurino se la rajaron contra las autoridades y liberaron los mandatos que habia en contra de permitir que se abriera la Plaza que había permanecido cerrada por esa necedad de prohibir la fiesta taurina.
Muchas veces hay que defender lo que a uno le toca hacer a pesar de ir en contra un muro impuesto sin sustento legal.
Defender al gremio que vive de él. Desde el ganadero más importante hasta el más sencillo de los utileros de cuadrilla y trabajadores de plaza. Sin dejar tampoco de lado a los matadores nuevos que requieren que el coso más importante de América este abierto para poder trascender en un mundo cada día más cambiante y más caprichoso manipulado por grupos que quieren sacar ventaja del populismo.
La despedida de Pablo Hermoso de Mendoza fue emotiva. Un ícono de todos los tiempos estrella del rejoneo nos hizo muestra que de lo bueno ya queda muy poco en estas tierras. A galope y con su fina mano hizo que sus corceles se pegaran a los cuernos de los dos toros que le tocó lidiar y bajo su arte la música de las golondrinas retumbaban bajo la emoción que entre jinete y afición emanaban del volcán de Insurgentes.
La fiesta aún vive y no sabremos cuando termine para siempre en este país al menos en la Capital.
Esperemos que este suceso no haya sido una eventualidad condicionada por la politiquería y la farsa de la protección de los ambientalistas.....
