Desde mi punto de vista la OSM, es la orquesta más completa que existe en el país.
Solamente toca en una temporada de verano y tiene en sus filas a músicos nacionales e internacionales.
No es una sinfónica con músicos de planta, sino que están o por invitación o por examen.
Tampoco tienen sindicato por lo que se rigen como empresa privada y están subvencionados por diferentes organismos tanto públicos como pudiese ser la UNAM o el INFONAVIT y privados como Bancos y empresarios.
Particularmente me gustó esta última temporada ya que interpretaron las nueve sinfonías de Beethoven y lo mezclaron con obras de Stravinsky, lo que le dio una riqueza inigualable al repertorio.
Finalizaron con la novena de Beethoven con cantantes y coro, lo que le dio una majestuosidad a la interpretación sin igual.
El Director Carlos Miguel Prieto es joven y con mucho bagaje cultural y tablas, además de ser una persona que proyecta alegría en las interpretaciones lo que hace que la solemnidad se deje pasar por la practicidad y la comunicación con el público es muy directa ya que se toma el tiempo antes de cada interpretación de dar una pequeña introducción de cada una de las obras, pero de manera sutil, sin chabacaneria o pedantería, como en algunas ocasiones y en otras orquestas hay que aguantar a Batiz o a Diemeke los cuales son una vedettes insoportables.
Cada concierto en la sala Neza invita a la reflexión, al dejarse llevar por la música y a la alegría.
Y la OSM es un espectáculo fuera de serie para lo que se acostumbra en México.
Este año y debido a su incesante repertorio las funciones fueron a teatro completamente lleno tanto el sábado como el domingo, por lo que para la próxima temporada mejor compraré el abono.
¡ Que viva la OSM !
Solamente toca en una temporada de verano y tiene en sus filas a músicos nacionales e internacionales.
No es una sinfónica con músicos de planta, sino que están o por invitación o por examen.
Tampoco tienen sindicato por lo que se rigen como empresa privada y están subvencionados por diferentes organismos tanto públicos como pudiese ser la UNAM o el INFONAVIT y privados como Bancos y empresarios.
Particularmente me gustó esta última temporada ya que interpretaron las nueve sinfonías de Beethoven y lo mezclaron con obras de Stravinsky, lo que le dio una riqueza inigualable al repertorio.
Finalizaron con la novena de Beethoven con cantantes y coro, lo que le dio una majestuosidad a la interpretación sin igual.
El Director Carlos Miguel Prieto es joven y con mucho bagaje cultural y tablas, además de ser una persona que proyecta alegría en las interpretaciones lo que hace que la solemnidad se deje pasar por la practicidad y la comunicación con el público es muy directa ya que se toma el tiempo antes de cada interpretación de dar una pequeña introducción de cada una de las obras, pero de manera sutil, sin chabacaneria o pedantería, como en algunas ocasiones y en otras orquestas hay que aguantar a Batiz o a Diemeke los cuales son una vedettes insoportables.
Cada concierto en la sala Neza invita a la reflexión, al dejarse llevar por la música y a la alegría.
Y la OSM es un espectáculo fuera de serie para lo que se acostumbra en México.
Este año y debido a su incesante repertorio las funciones fueron a teatro completamente lleno tanto el sábado como el domingo, por lo que para la próxima temporada mejor compraré el abono.
¡ Que viva la OSM !
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