Es la que tengo cuando estoy en ese lugar,
suenan las maquinitas por un lado,
y se respira el oxigeno inyectado.
Al otro lado está el buck de apuestas,
perros, caballos y lo que se mueva,
miro fijo los programas detallados.
Sintonía de números irracionales,
uno a uno se vienen hacia mi mente,
cada uno provoca diferentes punzadas.
Me voy en mi mente al infinito,
no me importa el resultado final,
solamente me importa la paz momentánea.
Me gusta el olor a tabaco,
me agradan las butacas,
podría volverme un jugador empedernido.
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