Septiembre negro.

No es el septiembre negro de Munich 72, en el cual los árabes mataron a los judíos en los desafortunados juegos olímpicos de ese año.
Es el septiembre negro del 2008 en Morelia, en donde unos desadaptados, asesinaron en forma despiadada a personas comunes y corrientes como lo somos todos y que estaban esperando la ceremonia del grito, de manera tranquila y sin necesidad de resguardarse de nada.
Así como la policia alemana fue completamente inepta en detener ese atentado, el gobierno mexicano ha sido completamente inútil ante las expectativas de un buen gobierno y se ha venido desgastando ante los ataques del crimen organizado y de la impunidad.

Paralelismos extraños que me vienen a la mente, pero que en cierto sentido tienen una razón común.
El incremento de la violencia, de la maldad y de la impotencia del ser humano aislado.

Ya hemos tenido mucho años malos, en el sentido humano.

La violencia y el crimen son el resultado de la pérdida total de valores de identidad en este país, el cual todavía no reacciona porque no sabe como reaccionar a esta violación.

Nos han violado una y otra vez, nos han abierto de piernas y nos han penetrado, una y otra vez.

Nos han llenado de mugre nuestras entrañas y solamente vivimos de pasados efímeros y poco gloriosos en donde alguna vez sentimos que teníamos un país.

El futuro estará lleno de podredumbre y seguirán cayendo muchos inocentes.