Alvaro.....

Tuviste una oportunidad inmejorable en tu vida que rechazaste y no se porqué.

Mis papás te llevaron a su casa cuando eras jugador profesional y te recibieron como un hermano mas.
Te cuidaron, porque como siempre mis papás le ofrecían su mano a cualquiera que se los pidiera y en este caso tu mamá le pidió a mi abuela, que les dijera a mis papás que te cuidarán, porque sabía que el ambiente de los futbolistas era de borrachos y vividores.
Nunca antepusieron su comodidad para recibirte y te dieron una cama y comida y ropa limpia para que tu pudieras dedicarte únicamente a jugar y tuvieras un ambiente familiar sano.
Mi mamá te quería como un hermano y que decir de mi papá que nunca tuvo reproches de nada para con todos tus hermanos que te venían a ver jugar y que no tenían ni para quedarse en un hotel y llegaban en manadas de San Luis.
Tuviste la onza del talento y pudiste haber llegado a ser un jugador de selección de primera división, porque tenías mucha clase.

Pero todo eso lo dejaste tirado por la borda, por tu actitud siempre mezquina, siempre conformista.
Mis hermanas siendo unas niñas te adoraban y te veían como un tío con el que jugaban.
Yo aprendí de ti a ser jugador de buen nivel, pero nunca te diste el lujo de irme a ver jugar, porque un día decidiste apartarte sin motivo ni razón de ningún tipo.

Nunca volviste ni siquiera para saludar a mis papás aun a sabiendas de que ellos siempre te buscaron cuando iban a San Luis.

En mi memoria estabas, como no recordar aquellos juegos en los que siendo un niño yo salía a la cancha contigo en medio de los juegos artificiales y el rugir de la multitud.
Como olvidar ese campeonato invicto en el que subieron a la primera división.

Así como al año siguiente descendieron, descendió tu pasión por el juego, pero siempre tuviste suerte ya que te casaste con una mujer que te apoyó y estuvo tras de tí, para que siempre consiguieras buenos trabajos.

Que raro que en el año de fallecimiento de mi papá, en donde estaba tan fuerte, tan dinámico, tan delgado, tan apuesto, en un acto repentino se haya ido y tu también te hayas ido, en un estado deplorable.

No tengo resentimiento alguno, solamente digo que tu pudiste haber seguido siendo hermano de mis papás y nosotros pudimos también haber sido tus hijos porque te queríamos mucho.

Espero que al menos estés descansando en paz.