viernes, 20 de abril de 2012

Cumpleaños.

Ayer decidí tener una celebración de cumpleaños social, contra mi habitual costumbre de permanecer en el anonimato en esta celebración, decidí tener una actitud social, motivada por el deseo de ver las reacciones de mis amigos y el interés que tienen en mí.

Definitivamente el uso de la red social hoy en día es una herramienta poderosa para notificar el onomástico, sin ella y siendo sincero mi poder de convocatoria quedaría prácticamente reducido a solo unas cuantas personas o podría decir con toda honestidad a ninguna.

Al medio día cuando tomé la decisión de socializar e informar mi fecha de nacimiento la cual tenía oculta en Internet, las felicitaciones de la mayoría de mis amigos se dejaron sentir en mi perfil, recibiendo mensajes también por el correo y por el chat.

Con lo anterior tuve interacción con todas las personas al recibir sus comentarios de felicitación y agradecer en los comentarios.

Felicitaciones afectuosas, las cuales son una manera de evaluar que percepción pudieran tener de mí algunas personas.

Posteriormente decidí organizar una cena con los Carlos de Tampico y sus esposas y con una invitada adicional, no me quejo ya que fue una buena velada acompañada de una rica cena y vinos tintos, los cuales aunados a la conversación me hicieron sentirme en cierto sentido un ser "normal" que pude llevar una buena charla y que en cierto sentido no es complejo.

Realmente eso de socializar es algo que he venido haciendo de manera profesional desde que estoy en este trabajo de gestiones en Puebla, he tenido que irme abriendo camino con gente que trabaja en el gobierno, con clientes y con proveedores.

Evidentemente esta es una socialización mas determinada y difiere de la otra en que no hay un nivel propio de cierta intimidad en cuanto al tocar puntos que vayan mas allá de una necesidad o de un interés de negocio.

Puedo entonces concluir ciertos puntos a meditar:


  • Me gustó haber socializado, fue una buena experiencia de interacción superficial con ciertas personas y fue algo mas cercano con otras, ya que fue un distractor. Debo reconocer que he estado muy ensimismado en estos tiempos y que en estos últimos años he estado realmente aburrido. Añoro esa parte en la que era parte de un grupo y en la cual había interacción.
  • Se debe tener actitud para socializar evidentemente, es esa energía, que hace que uno busque dejar ese ostracismo y en donde uno forma parte de un todo. El tomarse la molestia de contestar los saludos, de buscar los encuentros es importante para llevar a cabo buenas relaciones que pueden redundar a futuro. Un ejemplo claro son las cenas y comidas que he tenido con los Carlos y sus esposas, solo por el hecho de rememorar buenos tiempos, hay veces que es importante conocer gente solo por conocerla, por tener con quién platicar.
  • El nivel de acercamiento debe ser tal que no haya mas compromiso que pasarla bien, que dar comentarios y en el caso de los negocios de sacar un mutuo provecho. Es necesaria la convivencia, para ver como uno se desarrolla, como se escucha uno y sobretodo buscar personas que lo llenen a uno en base a lo interesantes que puedan ser.
  • No hay que tomarse tan en serio la parte de temas "profundos" como pudieran ser: La religión, la política, la manera de ser, etc. No hay que aferrarse a ideas que para otros pudieran ser chocantes, hay que sobrellevar la plática y no generar polémicas innecesarias que puedan llevar a discusiones fuera de lugar.
  • Hay que medir la cantidad de alcohol que se toma, no hay que insultar a nadie sin querer, hay que tener ademanes elegantes y en cierto sentido representar algo que es un espejismo de uno, como si uno caminara por las nubes, sin romper un sano equilibrio entre la realidad y la fantasía.
  • Es importante retirarse a tiempo y si se puede discretamente.
Probablemente haya mas cosas por evaluar, pero con estas me quedo.

Voy a tratar en lo futuro de regresar a estos planos, salir un poco de la cueva, para regresar a ella distraído y divertido.

Veamos mas experimentos sociales de este tipo.






miércoles, 11 de abril de 2012

Mil imbecilidades.

De esas que se presentan todos los días, como son a saber:

Estar trabajando en una compañía de mierda con una bola de estúpidos, que son lo suficientemente mediocres como para no salir adelante por sí mismos, justificando sus pendejadas y aventando la mierda de unos a otros.
Con un jefe con total falta de liderazgo y que al que solo le interesan sus propios beneficios personales los cuales por cierto están bastante deteriorados.

Tratar de conocer a una bola de nacos y pendejos de diferentes redes sociales, los cuales son igual de pendejos que los anteriores salvo que uno los busca por esa necesidad de tratar de convivir con alguien utilizando los medios cibernéticos, total, pura carne fresca barata, pura basura.

Pensar que las situaciones de la vida son felices, que las mujeres de grandes culos son seres mágicos, en si las mujeres de grandes y medianos y pequeños culos piensan en sí mismas, desde la aletargada bibliotecaria, desde la comerciante improvisada, desde la madre soltera y desde la entrenadora de natación, son todas flores que quieren ser regadas con aguas bautismales pero en el fondo ya están secas, están marchitas y han dejado de florecer.

La gran estupidez de mis socios, unos imbéciles de pacotilla que los detesto profundamente, idiotas que no hacen nada y que esperan a que las cosas se resuelvan solas, espero que esto no me traiga consecuencias a futuro, pero estoy consciente de que ya me aburrió toda esta mierda.

La imbecilidad de la gente en general, de su falta de educación vial, de su deseo simplista de cambiar las cosas, de los marginados apestosos que no tienen agua ni ropa limpia, que hieden adentro de sus pequeñas casas con olor a mierda de niño y de animal, mierda conjunta que se une en un olor fétido que caracteriza únicamente a estos jodidos de por vida.

La gran señora popofona y pendeja y el joven popofón y pendejo, el prieto acomplejado con sus asquerosas barbas de chivo y sus lentes de fondo de botella y su quijada de buey. Un maldito buey que debería de estar cargando hojas secas y basura y no estar estudiando francés.

De mi amigo el mustio, de mi amigo el depresivo, de mi amigo el gordinflón mediocre, de mi amigo el sabelotodo, de mi amigo que no es mi amigo pero que se quiere pegar con argumentos estúpidos de su mediocridad, de querer que piense que está interesado pero no está interesado en meterse en mi vida y pretender saber lo que hago o lo que digo.

De la gorda de allá, de la otra gorda de mas allá, de todas las gordas que alguna vez fueron y que ahora no lo son, que se dejaron y que tratan de justificar su vida, jodiendo con sus reproches de todos los días.

De la ley, de la autoridad de mierda que nos atosiga constantemente, de los políticos que nos roban las esperanzas y la paciencia.

Del agua que se va.

De estos malditos pensamientos que se vienen y van.