En la época que esta por terminar, me asalta la reflexión como en todos los años.
Ya aclimatado en la casa paterna en lo que fue mi cuarto, después de pasar la Navidad y la comida del día siguiente, con la rutina ordinaria de trabajo rota y sin defensas de ninguna especie me asalta a mi mente la reflexión después de leer gran parte del libro de la Compañía de Jesús enfocado al liderazgo que tuvieron para expandirse y formar la congregación más fuerte dentro de las órdenes religiosas católicas.
Conocimiento de uno mismo,
Amor a los demás,
Trabajo tendiente a tener adaptabilidad inmediata con el medio ambiente imperante,
Tener una actitud heroica y de disciplina reforzada por los ejercicios espirituales y de reflexión constante.
Estas son las principales características del liderazgo jesuita, en donde practicamente todos los seres humanos se conceptualizan capaces para desarrollar funciones de liderazgo y de mejora continua en búsqueda del bien común.
No son aislados como las demás ordenes en donde era imperativo estar en un seminario y depender de las decisiones de la estructura de mando.
Particularmente los franciscanos, los bendictinos y los agustinos siguen el patrón comentado en este párrafo.
Los jesuitas parten de una base de mando central pero dejando al libre albedrío de los misioneros la total autonomía en la toma de decisiones para desarrollar el proyecto de educar a los miembros de una población, utilizando para ello, sus costumbres, vestiduras, lenguajes y respetando las idiosincrasias y maneras de pensar.
Orar en el lugar de acción sin necesidad de un lugar específico,
Tomar decisiones desde un punto de vista financiero o social por el responsable del proyecto, basado en su capacidad de manera libre y sin consulta con algún mando superior.
Reflexionar al menos dos veces al día de las acciones realizadas.
Tener obediencia inmediata y cambiar de lugar, proyecto y equipos cuando se requiera.
Estar siempre disponible para la acción y no dar importancia al sentido de pertenencia del dinero o poder.
Ser consciente de que los recursos materiales son importantes pero no absolutos.
Confiar en que la naturaleza humana funciona mejor dando amor que imposiciones basadas en el miedo.
Reglas, orden y mucha acción.
A pesar de haber estado en un colegio jesuita, nunca recibí de manera tácita este tipo de instrucción filosófica.
Reconozco varios conceptos en mi accionar dentro del trabajo y en mi liderazgo.
Y me atrae mucho la idea de ahondar más en estos conceptos.
Me interesa el descubrir los limites fundamentales, los cuales son límites en los cuales uno no está dispuesto a moverlos y si son claros ya no es necesaria la reflexión en los mismos, ni la búsqueda de ellos.
Teniéndolos claros, la labor se concentra a la obtención de los objetivos de cualquier empresa de trabajo, moral, social, personal, fijándose metas diarias, que se puedan cumplir.
La Compañía de Jesús significa estar acompañado para la salvación de las almas.
Me gustaría reencontrar algunos aspectos dañados en el transcurso de mi vida, los cuales me han alejado de muchas cosas y sobretodo de mí.
Creo que estoy descubriendo algo importante en mi vida.....
Tengo que buscar estas rutas,
Quiero regresar a ellas.
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