Mientras que las ráfagas de metralla, de balazos y los granadasos se originaban, mis hermanas estaban viendo la televisión en la casa, mi sobrina se estaba bañando y mi mamá estaba con la muchacha en su cuarto.
Ya era de noche y después de un día de trabajo pues ya se estaban preparando para el día siguiente.
De pronto el característico ruido de la metralla, ya un ruido común para ellas alteró de inmediato el ritmo.
Mi hermana mayor sacó a mi sobrina de la regadera y así enjabonada la envolvió en una toalla y se tiraron en el vestidor de su recámara.
Mientras tanto mi otra hermana y la muchacha que estaban en la cocina también se tiraron y arrastrándose recorrieron el pasillo, el hall, el otro pasillo y llegaron a la recámara de mi mamá.
Unas en una esquina de la casa, las otras en la otra.
Escuchando los gritos de los federales mandarse mensajes por radio, a gritos, a mentadas de madre, para indicar donde estaban los zetas.
A dos cuadras el Fridays abarrotado de gente por el juego de chivas, estaba también a gatas, con las puertas del lugar cerradas por fuera y con la indicación de no usar celulares, posteriormente a muchos los metieron en el frigorífico.
Las balas se oían y las explosiones también, como cuando vez una película de guerra.
En la mañana de ese día secuestraron al Director Regional de INDELPRO con su esposa e hijo, en represalia porque las compañías del corredor industrial increparon al gobernador Eugenio en su visita del martes para ver la seguridad de la región que ya es completamente nula.
Siguen secuestrados y no se sabe nada de ellos.
Familias emigradas completas a Mc Allen víctimas de secuestros de sus miembros, comercios cerrados y mucha sangre sigue corriendo por las calles de gente inocente.
El candidato sustituto a gobernador (su hermano el original candidato fue asesinado el último día de las elecciones), decidió suspender su visita al puerto por motivos de seguridad.
Al final de la balacera, los federales tocaron a las casas circundantes, entre ellas la de mi familia, ya mi cuñado había podido acceder a la casa y les pidieron revisar la casa por si no había alguien escondido en el techo o en algún rincón.
Al final les pidieron a todos los vecinos agua y limones, para bajarse el nivel de adrenalina por el intercambio de fuego.
Al final los vecinos y los federales intercambiaron impresiones y todos se fueron a intentar dormir.
Al día siguiente nadie supo de estos hechos.
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2 comentarios:
yo diria mejor Agua y ajo
(aguantarse y a joderse )
pero no creo que unio soporte vivir asi,
nos mudamos de planeta?
mejor vamonos a Ixtapa......
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