Así me decías hace muchos años, que yo era el mejor amigo del salón.
Esas palabras se me quedaron grabadas en algún lado de mi cerebro y resurgieron antier.
Hace muchisimos años que no sabía de ti, a pesar de que en alguna época de nuestras vidas fuimos buenos amigos, las circunstancias de la vida nos alejaron y ya no nos volvieron a reunir.
Ganadero de esos que viven toda su vida pensando en el rancho, en las vacas, en los procesos fitosanitarios.
Desde niños ya con responsabilidades, porque saben que les van a heredar el rancho y que aunque el negocio es noble hay que estar ahí desde temprano cuidando el negocio con los riesgos que el negocio implica.
Cuando iba a tu casa veía los conejos, las gallinas y los perros como una extensión de tu rancho.
Gente trabajadora que creció y generó un patrimonio con el esfuerzo diario del trabajo.
No tengo muchos recuerdos, solamente tengo el recuerdo de que en algún período de mi niñez me ofreciste tu amistad y tuve el privilegio de ser tu amigo.
Me pesa tu cobarde asesinato, lejos de tu tierra, en uno de tus ranchos, y la manera como has de haber sufrido tu agonía.
Me siento impotente y triste y se el dolor que han de tener tus hijos, tus hermanos y tu Señora Madre.
Rezo por ti y te agradezco la deferencia de haber sido algún día el mejor amigo que tuve en el Félix de Jesús.
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1 comentario:
a veces es triste cada vez enterarse de asesinatos o muertes... lo peor es que es de gente cercana aun cuando los caminos se vifurcaron
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