No recomiendes a nadie, tampoco hables de nadie y mucho menos te comprometas con algún allegado por el trabajo, el servicio o la interacción de terceros.
Recomendar a alguien implica ser una especie de obligado solidario de ese consejo.
Tampoco trates de obtener beneficio de la intermediación entre terceros. Siempre te verás en una posición desventajosa con el tiempo y al final serás saltado.
Pretender hacer negocios sin riesgo, no es ser negociante y no se llega a nada.
Estar callado con tus costos, tus ingresos, tus deseos o tus ideas es lo mejor posible.
Mucho advenedizo anda captando a los resagados para obtener usufructo.
También mucho desesperado desea subirse al barco y si te prestas para ser el escalón al final te dolerá la espalda.
Si vas a hacer algo definelo, cómo, con quién y cuando.
Pero no dejes el control ni de tu capital, ni de la operación a otros. Es un suicidio en vida.
Mejor busca quién te recomiende, que seas tu el que hace el trabajo, no te comprometas con el recomendador.
En estos momentos de crisis, cosas nuevas emergerán, pero especula con dirección e investiga las áreas o sectores que sean interesantes.
Los amigos son amigos y jamás serán buenos socios.
Y de los socios los menos posibles serán lo mejor......
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