Estoy desparramado en mi silla, en este viernes de una semana difícil.
Ha sido el principio de la negociación para terminar con esto, pero el martes que regresaba acá las piernas me dolían.
Ya en la noche me empecé a sentir mal, y la fiebre ya estaba el miércoles envolviéndome y yo con un chingo de cosas que hacer.
Así me la pasé con afrinex y no dejé de ir a mis citas, inclusive una lejos de aquí y bajo el sol radiante.
Hoy en la madrugada el organismo ya me obligó a quedarme dormido hasta tarde de hoy, y afortunadamente ya me estoy sintiendo algo mejor.
Siento esa sensación de la calentura y un amodorramiento, un cansancio, un dolor físico.
Evidentemente siento que es el resultado de esta negociación difícil y de la vida cotidiana en sí, que te exige dar lo mejor cada día.
A lo mejor me jeteo un rato en mi oficina, en la que estoy solo y con solo hablarle a mi asistente le digo que ya no venga.
Me gustaría dormir profundamente, y despertar sano y hacerlo en la playa de Tampico, con ese cielo que era tan azul con el cantar de las gaviotas y el sonido del mar, con la brisa.
me gustaría que esa violencia que se vino desapareciera como por arte de magia y que la gente pueda seguir con su vida como lo venía haciendo.
Me gustaría dormir profundamente y acordarme del Bocho y del Juan cuando fuimos a jugar a Jaso Hidalgo contra las fuerzas básicas del cruz azul mucho antes de la pena de ya no verlos jamás.
Me gustaría que Graciela hubiera entendido que mi amor por ella era mas profundo que la diferencia de clases y complejos que teníamos en un mundo cerrado de pretensiones.
También me gustaría dormir profundamente y despertar completamente solo en un mundo fuera de otra galaxia con seres extraños pero amistosos.
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1 comentario:
a veces uno anhela demasiado y a veces pienso que cuando antes yo era niña y me enfermaba de fiebre soñaba mejor y cuando despertaba al menos todo a mi alrededor era mas amable.
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