viernes, 6 de marzo de 2015

hola buenos días.

me está costando decir esta frase cuando llego a la oficina con la hija del jefe.

No tengo problema en decirlo a los demás, pero con esta pendeja resulta todo diferente.

Nunca había conocido a una persona tan joven y tan robotizada, tan fría y realmente me de hastío siquiera verla.

Reconozco que es trabajadora y probablemente se quiera demostrar que vale la pena su esfuerzo, probablemente esté dolida por su fracaso matrimonial o probablemente sea de sangre pesada por genética familiar.

El hermano es peor, pero bueno el hermanito está de vacaciones y no lo veré en un año y medio mas aproximadamente, tiempo en el cual espero ya no encontrarme por aquí.

En fin, ya poco me importa lo que una pendeja, sienta o piense de mí, ya no tengo tiempo para andar viendo lo que siente esta y todas las pendejas del universo. También esto incluye a los pendejos.

Yo nunca he sido monedita de oro y reconozco que también no soy fácil en el trato.

Nunca me ha interesado el agradar o no agradar.

Tampoco me interesa que a la larga esto sea un factor para que yo salga de aquí.

No me interesan muchas cosas que antes me interesaban, por las cuales vivía.

Eso de buscar el reconocimiento de los demás a base de superficialidades se acabó.

Si alguien va a reconocer algún mérito de mí, que sea a base de la profundidad de la acción desinteresada y al final de cuentas que me convenga.

Se han acabado los tiempos en los que me interesaba el grupo, el estatus, la devoción a la personalidad de un jefe, el ego y todas las cosas extrañas que me atraían antes.

Creo que estoy bajándome del barco.

Estos mares ya no los navego, me gusta mas la playa, la arena, el suelo firme.

y que el viento se lleve los "buenos días"......

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