La eterna lucha cerebral en contra de las adicciones.
En mi caso la permanencia de la sustancia en mi organismo, en la sangre de mi sistema circulatorio posterior a fumar cigarrillos y/o a beber alcohol es casi de una semana.
Esto da como consecuencia que los efectos de la o las resacas sean ya de largo plazo provocando síntomas que considero influyen en actitudes pesimistas, negativas, exageradas en la culpa, catastróficas.
Por otro lado en el plano físico provocan dos efectos.
Uno es la completa falta de energía y sueño que rompen cualquier programa de ejercicio sin importar si lo trabajado era de baja intensidad.
El otro es el exceso de apetito y el deseo desmedido de ingerir frituras saladas o galletas, pastelillos y pan dulce, rompiendo cualquier programa de nutrición sana por menor avance que se tenga.
En conclusión el alcohol y el cigarro rompen cualquier sentido de progreso, creatividad y flujo continuo que se venga presentando.
Producto del exceso de alcohol hace que se acumule la grasa estomacal y los azúcares como lo refiere el artículo al que se hace vínculo.
En el caso del cigarro la presión baja y se irrita la garganta además de dañar los dientes, pulmones y demás, que no tiene caso comentar.
De esto me viene la reflexión siguiente:
¿Para que seguir autoflagelándose?
¿Cuál es la necesidad de fomentar estos hábitos?
¿Realmente son necesarios los amigos mediocres y borrachines en detrimento de mi salud?
¿No será mejor cambiar el alcohol por amanecer levantado consciente de la plenitud creativa?
¿No será mejor cambiar el alquitrán por la menta para limpiar la boca de tanta mierda?
¿Cuál es la necesidad de deteriorar el sistema inmunológico?
¿Que es tan difícil de comprender?
Esto ya viene reflexionándose desde hace mucho y el accionar es regresar siempre al punto inicial.
Ya es momento de cambiar toda la perspectiva en este tema.
Ya es momento de tirar el cenicero a la basura junto con las botellas......
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