Hoy en el día he llegado a la conclusión que voy a buscar varias alternativas para ser productivo. El viejo modelo ya expiró, queda desechado en un rincón como si fuese el auto que algún día nos llevó por el mundo y ahora está viejo, oxidado, listo para ser desmembrado y vendido parte por parte....
Realmente esto ya se venía venir, es un hecho consumado desde hace años, del cual ya había analizado repetidamente y en donde por alguna razón del cerebro uno piensa que la maquinaria aún servía en el viejo esquema. Pero el viejo esquema ya no tiene alternativas ni rutas. La vieja carretera ya está derruida, ahora se requiere para esta ultravía una máquina de pensamiento mas acorde a la modernidad.
Los negocios ahora se hacen diferente, con elementos diferentes y la maquinaria es casi autónoma como los autos eléctricos de Tesla, la gasolina se va volviendo anticuada y lo que ayer fue un mecanismo confiable ahora es un tractor de ruedas metálicas que sirve de nido para los cuervos y zopilotes.
Realmente hasta la ciudad ya pesa, ya la ciudad es un lugar que hastía, la ciudad ahora son las ciudades del país, del continente, del mundo en sí.....
Analizar el mercado es lo fundamental antes de buscar iniciar zigzagueando sin un ritmo predeterminado.
Es necesario ver bien las pendientes, las curvas peligrosas y las condiciones económicas, sociales, políticas, demográficas, y muchas otras que se van descubriendo con la finalidad de no perderse y no perder energía, recursos limitados. Tampoco hay que tirarse dentro del mar sin catalejo o sin brújula.
No estoy desanimado, o al menos no tengo el miedo que tenía hace al menos un semestre atrás. Miedo inmovilizador que perturba, que debilita y que posterga el pensamiento creativo.
Realmente he venido poniendo los puntos sobre las íes, y reconozco que a veces he caído en la apatía y el desgano, pero en este hoy las cosas han ido cambiando paulatinamente.
No es cuestión de ser simplista y decir que uno se debe sobreponer a toda costa, a veces la gran ola pega y lo revuelca en las profundidades del mar, raspándose con las rocas marinas, ensangrentado y llagado, con la sal en los ojos y tragando agua de mar sintiendo en el estómago ese vació que provoca el no ser, el no saber a donde ir.....
Es bueno filosofar, es bueno desconfiar, es bueno también dejar pasar......
Al fin todos estamos de paso, nada es permanente, somos productos perecederos.....
Como un jamón verde que se descompone en el refrigerador solo, después de que uno se va de viaje y vuelve a abrir el mismo treinta días después.....
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