Estoy cómodamente sentado en mi oficina escuchando "Cause we've ended as lovers" , interpretada por Larry Carlton y Steve Luckather, por primera vez en mi vida escucho a estos interpretes y en donde pienso que sus orígenes son mas bien jazzistas, me agrada la interpretación y el feeling al final.
Esta música solo es el fondo para regresar a este blog que de cuando en cuando visito ya, ahora estoy concentrado en otras cosas y lo he tenido abandonado.
Estoy disfrutando el estar aquí un día que pudiera estar en mil lados, en la casa materna, o tomando el sol, nadando en el club o yendo a caminar al campo.
Pero decidí quedarme a descansar en casa, después de desayunar opíparamente y estar disfrutando la digestión en mi escritorio, veo las cosas con perspectiva, trato de influirme en ánimo, trato de estar tranquilo conmigo mismo, buscando la anhelada paz que a veces se esfuma por la ventana de mi cerebro.
Al final de las emociones de fin de año, de los fines de año tormentosos por los recuerdos agrios, estoy con la idea de que este día debo romper con la inercia que me ha venido embargando y tengo que volver a la rutina física y alimentaria que me debe redituar en mas tranquilidad, en una sensación de alivio cerebral para poder hacer otras cosas de la mejor manera posible.
Estoy enfocado a estar enfocado, no me siento solo ni me siento incómodo en estos momentos, celebro el haber tomado la decisión de no haber ido a ninguna parte.
Me agrada que haya salido el sol, me agrada haber dormido profundamente y estar aseado, me agrada el tener mi barba cuidada, me gusta como se me ve y me agrada el ritual de cortarla con la navaja eléctrica, con el rastrillo y con la tijera.
La barba afila mi cara, provoca que el mentón sea mas triangular y que la gente me observe mas a los ojos, se que me asienta y me gusta la sensación que me provoca, una especie de dejo de intelectualidad, de sabiondez, de glamour que adorna mis ojos.
Me agrada que la mezcla de canas y pelo negro se asome, dando un matiz de personalidad que me refleja que cincuenta años son los años que tengo y no quiero representar menos.
Nunca he ido en contra de las canas, me agradan y no me importaría que inunden mi cabello en estos años por seguir.
De hecho siento que tendré que aligerar mucho el equipaje en este año, de peso físico, de recuerdos y de esas dosis de pánico que me siguen dando.
Voy a perder, lo que te tenga que perder pero ya, ya me cansó el hecho de andar enramado en ideas estúpidas de orden familiar, personal, laboral y financiero que no me dejan vivir como yo quiero.
Voy a tirar muchas cosas a la basura y a caminar hacia una situación de mas confianza y belleza en mi interior.
Ya me cansó este jueguito del pensamiento adicitivo.
Estoy abierto para el amor, el amor en general.
Se que si quiero, que si lo deseo puedo tener atracción en muchos aspectos, se que soy atractivo, que soy una persona que puede llegar a niveles extraordinarios a grandezas que están planteadas para mí, se que puedo llegar a donde he deseado, al deseo en sí.
Placeres hedonistas que me agradan, el hedonismo maravilloso de la vida, la vida en si es hedonista.
Como una buena barba hedonista, enjuagada con un perfumado shampoo, cortada, sumergida en loción.
Como una rico desayuno con jugos de dos frutas, huevo con chorizo, con chiles picosos, con quesadillas,
como este pantalón negro y esta camisa café que me hacen disfrutar de mis brazos que a su vez provocan que mis dedos escriban claramente, llegando a la puerta deseada en este instante, en donde nadie los para y nadie los limita,
fuera de estas limitaciones tontas, absurdas, claustrofobicas.
la música, es la música, la música es obligatoria en la vida, el cantar, el bailar el moverse.
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