Un capricho de la naturaleza mas tal vez producto del calentamiento global de la tierra, en donde la mezcla de la temporada invernal con la pronta llegada de la primavera hacen que estos vientos congelantes hagan que te de un frío intenso y uno sin estar preparado al salir de casa en la mañana soleada y calurosa.
La gente en la calle recibe estos vientos en la cara como golpes directos ante la guardia baja.
Y así se pasa la vida, como un golpe de viento, primero eres un niño al cuidado de tus padres y luego un viejo al cuidado de tus hijos.
La naturaleza, esa vieja aliada que nosotros queremos negar una y otra vez, alejándola en nuestras mentes como si la convivencia con nuestro entorno natural fuese una variable controlada y a su vez sumisa al dictamen de la voluntad humana.
Pero esa voluntad es una soberbia ciega de la cual la naturaleza se mofa una y otra vez.
Cuando entenderemos que el calentamiento global de la tierra nos está afectando mas de lo que pensamos.
Los mantos acuíferos se secan y con ello la calidad de vida de las personas se deteriora.
¿Es tan ilógico o tan imperceptible el camino que estamos tomando?
Un ejemplo claro de la furia de la naturaleza es el actual terremoto y tsunami japones, miles de muertos yacen, escupidos por la marea que un día se los trago en cuestión de minutos, de segundos, para revolcarlos, ahogarlos, matarlos y regresarlos a su origen.
Lecciones de vida que no entendemos, lecciones de vida que pasan una y otra vez como ráfagas de viento.
Pero somos tan ignorantes que pensamos que somos el centro de todo.
Somos el centro de nada.....
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