saber entretener al superior, darle los datos cuando es conveniente y fomentarle el miedo son tres variables importantes para sacar ventaja en algún puesto de segundo.
Es importante entretener mandándole toda la basura que se tenga como un documento de alta importancia, para ello las presentaciones son fundamentales. El Power Point, supongo que algún editor de fotografías, el Corel Draw y demás artefactos que hacen que los colores, las imágenes, las cifras de utilidad resaltadas, le alegren la vista y que te diferencien de la monotonía que los demás envían con sus cifras pequeñas, ilegibles, tristes.
El color es importante en primer lugar, un color que lo adentre en la tranquilidad todos grisáceos en el fondo, verdes ópticos que combinados con la forma y color de las letras lo sumergan en momentos aciagos y dulces.
Las cifras siempre deben denotar entusiasmo, esas ganancias por venir siempre tan soñadas, tan anheladas, ese amor por el futuro que hace que los sueños eclipsen a la realidad de las cargas impositivas,de los empleados latosos a lo que siempre hay que pagarles su sueldos, de los socios entrometidos que porque creen que dejan su dinero tienen derecho a opinar.
Los datos dulces se dan en la tarde lluviosa, después de que la mañana haya pasado, se dan cuando uno se entera de que el jefe comió bien, que se llevó un buen negocio, que tuvo un viaje con su esposa, vaya al jefe hay que enmarcarlo en un marco de referencia propicio para que el reporte sea parte de ese ambiente propicio para soñar.
Nunca darle un reporte previo a la comida, a menos que uno quiera obtener una aprobación rápida a un hecho del corto plazo, como pagos urgentes, solicitud de permisos para ir a cualquier lugar, o simplemente decir una mala noticia que tiene tres posibles e inexistentes soluciones.
Tampoco es bueno dar los reportes en la mañana, cuando viene todo energético después de un buen sueño y un opíparo desayuno, o por lo contrario viene de una mala noche de paradas continuas en el mingitorio.
Por último el mas sofisticado de los artes es inculcarle el miedo, el terror a perder, aunque sea a perder el costo de una caja de clips, siempre es bueno que se tenga miedo, que se perturbe, que dude de si la estrategia planteada es la mejor.
El miedo sirve para humanizar, para quitar la soberbia, para domesticar.
Como a un perrito se le domestica siendo cachorro dándole unos pequeños azotes con un rollo de papel periódico, al jefe se le va domesticando aplicándole dosis de miedo, que luego se le van menguando y ofreciéndole las soluciones.
Una herramienta fundamental es la de anticiparse a los hechos, conseguir la mayor cantidad de datos posibles, hacer análisis de probabilidades e irlos soltando poco a poco, primero asfixiandolo con la incertidumbre, con la indecisión, luego irle soltando la información poco a poco, dócilmente, que vea que hay un pequeño orificio del luz al final del túnel.
Nunca se debe soltar toda la información, nunca se debe de dar a entender que todo fue fácil obtenerlo, hay que hacer pensar que fue algo complicado conseguir la fuente de la información, que el trabajo arduo, generó que las cosas se solucionen.
Tampoco hay que dar una imagen de que vagabundo, hay que entregar las cosas como un príncipe perfumado y bien vestido.
El hálito de las apariencias engañan, la espuma de humo siempre debe estar presente, para distraer, para ser atractivo, para seducir.
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