lunes, 29 de febrero de 2016

beisbol.

Regresé a jugar competitivamente en un equipo organizado, a pesar de que me había dicho que nunca mas lo volvería a hacer.
De los 4 a los 24 años jugué partidos de fútbol, 20 años de rutina religiosa, de sábado o domingo, o de sábado y domingo a plenitud,
Jugué con equipos bien organizados, mal organizados, de primera fuerza, de última fuerza, semiprofesinales y amateurs.
La dosis de fútbol fue llenada con honorabilidad y con placer además de mucha satisfacción.

Hoy de 54 años decidí hacer algo complicado, jugar béisbol, nunca lo he hecho en mi vida, ocasionalmente con mi Padre cachábamos y bateaba, nunca había tenido un uniforme de pelotero, ni mucho menos me había parado en home play.

Además me dieron la oportunidad de jugar con muchachos de 13 a 18 años que tienen mas bases que yo, es muy chistoso como me ven, inclusive como me ven los demás equipos de veteranos.
Empecé sin saber agarrar el bate, sin saber jugar las bases y además me metieron de primera base por ser zurdo, una posición ideal para zurdos.

Las primeras jornadas fueron un fracaso total, no veía la bola pasar por home, la bola como roca se me aproximaba y no podía siquiera verla. Cuando te lanza un picher veterano, sabes que vendrá una piedra que si no tienes cuidado te puede golpear.

veinte oportunidades a batear y solo un hit, nada de productividad para el equipo, pésimo fildeo y sobretodo pésimo parado en la base, ocasionando algunos choques que pudieron terminar en broncas por pensar que fueron hechos a propósito.

Recibí un golpe en el brazo y en la pierna de un jugador que no se tuvo misericordia de mi y me arrolló.

Entrenamiento nocturno con el bate, ir a la jaula de bateo, ver mil vídeos, entrenar, correr mucho y nadar.

Ecuanimidad mental y seguridad, basado en que soy excelente deportista y un jugador muy competitivo han empezado a dar frutos.

Ayer pegué el primer hit, fue un triple y la bola viajó por todo el center field, yo creo que si la prendo la voy a estar volando muy lejos, la técnica del golf a ayudado y la paciencia de mi coach y los vídeos también.

Queda mas entrenamiento, mas vídeos, mas sombra, mas cachar con bolas de tenis, mas desvelos swineando una y otra y otra vez.

Pero voy a encontrar el algoritmo y voy a jugar bien.

Es el día a día, el esforzarse, el no tener el miedo al ridículo.