Me encuentro en la oficina de un amigo que trabaja para una empresa téxtil
Definitivamente el sentirse activo aquí me deja varias reflexiones que no había considerado y que enunciaré de la manera siguiente:
El ámbiente de la oficina propicia a la mente para tener una predisposición a trabajar sin distracción.
La socialización e intercambio de ideas con mi amigo me hacen sentir que el día es ligero y que no estoy pasmado pensando en la inmovilidad de la incertidumbre.
Hergonómicamente la oficina genera una separación mental con respecto a la casa y los muebles están diseñados para poder trabajar más relajadamente, esto es, no me quejo ni de la silla ni del escritorio de la casa, pero no hay como tener un tablón más grande y un silla ejecutiva.
Tomar un café preparado por la asistente me provoca un mejor ánimo y sobretodo la idea de no tener mayor acción hacia la computadora, más que pensar en hacer otras cosas, como lavar los platos, o salir a caminar.
La luz fría me provoca una sensación de mejor iluminación y de mejor interacción entre el espacio.
La idea de nostalgia se apodera de mi y siento deseo de volver a estar en una oficina trabajando en horario fijo......
