jueves, 31 de mayo de 2007

Hidroponia.

Una gota,
Baja lenta,
Por el cuerpo,
De una rosa.

Esa rosa,
Se alimenta,
En su centro,
Por la gota.

Esa gota,
Pulcra y limpia,
Es nutriente,
De esa rosa.

Rosa bella,
Rosa plena,
En espera,
De otra gota.

martes, 29 de mayo de 2007

Haydee Milanes, Tanto Amar

Y tanto amarte para ....

Ecos de la onda de Haydeé

Te esperé, hasta el fin
y no te vi llegar
La desolación, huella que marcó el tiempo
Tengo partida la piel
en dos mitades
Desventura y amores
que abren y cierran como flores
Y tanto amar y tanto dar
y tanto amarte y tanto darte para nada
Y tanto amar y tanto dar
Y tanto amarte y tanto darte para nada

Nos perdimos en un largo viaje
del horizonte
Encontrando solo frialdades
que encierran y alejan
y tanto amar y tanto dar...

Te acompañé, te seguí,
en la distancia
en la distancia, tanto amarte para nada

Los muchachos del otoño.

Mi mamá me despertó aquel sábado de octubre.
El favor que me pidió empezaría y tendría que hacerlo con la mejor actitud posible.
Nunca me levantaba a esa hora los sábados ya que por lo general tenía partido de futbol y tenía que levantarme más temprano.
Me metí a bañar y me arreglé para esperar a mi primo Lalo que pasaría por mí para ir al aereopuerto en la wagoon de doble tracción de su papá.

Ya arreglado, mi mamá me dijo que si quería desayunar a lo que le contesté que no tenía hambre, más bien estaba pensando ¿a dondé vamos a llevar a los mamones que vienen de México?.
Siempre hubo un prejuicio de mi parte en esa época a los güeyes que venían de México, eran muy sofisticados para mí, para mi entorno y para mi forma de ver las cosas en ese entonces.
Además siempre se burlaban de la ciudad y de la forma de ser de nosotros, era como una actitud condescendiente.

Lalo pasó por mí y adelante venía Armando, a lo que me dije: ¡Uta! que buena onda que viene el pinche árabe al menos me voy a divertir con todas las pendejadas que dice sin parar.
Los salude y nos enfilamos al aereopuerto en donde veríamos al Padre Sosa, quién a su vez le pidió el favor a mi tía Martha (mamá de Lalo) y a mi mamá si podíamos entretener a un grupo de chavos que venían del D.F. y que pasarían el fin de semana con nosotros debido a que venían de la Casa del Lago a dar un concierto de música clásica en la parroquia que tenía en construcción y cuyo concierto tenía motivos de captar recursos para la terminación de la construcción de la misma.

Como el pinche Lalo, tocaba a toda madre la guitarra y Armando era del coro Regina Coelli de la Sra. Solbes pues para ellos el ambiente artístico era algo común, a mí siempre me dió güeva todo eso ya que yo era más bien de la onda deportiva.

Vimos al padre Sosa en el aereopuerto y lo saludamos, como siempre a mí me bromeaba ya que siempre me escogía de monaguillo y me dijo: Madrugaste Raulito!, yo solamente sonreí.

En la sala de espera había otros grupos de adolescentes (todos teníamos como 18 años) esperando a otros integrantes de la orquesta ya que como muestra de agradecimiento pues iban a recibir alojamiento en varias casas.

El avíon venía retrasado, era octubre, octubre de nortes y de días con sol y lluvia.
Días de presagio, días raros, viento, húmedad, calor con lluvia.

En lo que llegaba el avión le pregunté a Lalo, oye a donde los vamos a llevar? y el me dijo al rancho de Armando!, el pinche Lalo era un cabrón bien hecho y me gustaba salir con él porque tenía don de mando y también era bien desmadroso.
Yo me imaginé lo siguiente: este cabrón lo que quiere es irse bien lejos y que lleguemos bien tarde al concierto para que nos caguen a todos, esa era una de las formas de manifestar la rebeldía que siempre tuvo para con todo.

Yo nadamas pensé: Pinche encabronada que se va a meter el padre con nosotros.

Cuando el avión empezo a dar vueltas por el aereopuerto, Lalo me dijo: hay vienen los maestros, vamos a divertirnos el día de hoy.

Esperamos a que llegaran y un grupo de treinta chavos llegaron a la sala, todos vestidos con pantalón de salir (así le decíamos a cualquier pantalón que no fuese de mezclilla) y todo el equipaje relacionado con el instrumental.
Arpas, Violines, Chellos, etc.
Algo en lo que me fijé fue que todos tenían el cabello largo, como melena de roqueros y todos eran delgados tirando a flacos, eran muy diferentes a nosotros!.

El padre nos presentó a nuestro grupo, eran cuatro, dos eran hermanos y eran los cuatro más grandes que nosotros.

Depués de que esperamos a que un camión se llevará todo el instrumental nos dispusimos a ir a la wagoon y salir al rancho.

Los cuarto güeyes solamente hablaban entre ellos y no nos pelaban.
Cuando se treparon a la camioneta uno de ellos dijo: Nos gustaría ir a la playa.

El pinche Lalo les dijo que no, así terminantemente, ¡No!. Vamos a ir a un rancho que está a la salida y está bien chingón.
El más grande de ellos les dijo, no queremos ir a ningún rancho, queremos ir a la playa y si no nos llevas nos vamos nosotros en un taxi.

Ahí empezaban los pedos, Lalo les dijo que era muy poca madre! que vinieran a una ciudad que no era de ellos a poner condicones y ahí se armó la pinche discusión entre Lalo y el mayor de ellos.

A mi siempre que Lalo discutía me daba miedo porque era bien violento, pero en esta ocasión se calmo y dijimos, pues ni pedo, vamonos a la playa.

Yo solamente dije, nos vamos a atascar porque la arena en esta epoca está bien suelta y húmeda.
Afortunadamente la wagoon tenía doble tracción, ¡Todavía no se inventaban las 4x4!.

Ni pensar en nadar, simplemente eso era impensable, por lo que nunca pensamos en ir a nuestras casas por los trajes de baño.

El mar en octubre.
La playa en octubre.

El mar en octubre es el más traicionero de todos porque las corrientes del polo norte hacen que la resaca sea más fuerte que en otros meses, además en el fondo de la playa se forman hoyos, lo que comúnmente llamamos como "fosas".
El mar se vuelve traicionero y puede que te lleve a una fosa en donde es como una alberca pero con corriente hacia el fondo y hacia el mar.
En algunas ocasiones te revuelve y te traga, para luego escupirte más al fondo y más alejado de la orilla.

Lalo, Armando y yo, habíamos caído inumerablemente en las fosas y sabíamos que había que ser muy paciente para salir, no apanicarte y literalmente dejar que el mar te llevará adentro y luego las olas a fuera.

Cuando llegamos ya eran como las doce y media del día y a Lalo se le ocurrió irnos hacia la izquierda de la playa, yo le dije no mames güey, vamonos a la derecha, al malecón, ahí hay gente y al menos hay puestos de comida.
El pinche Lalo no me contestó y nos fuímos a la izquierda junto al recreativo, donde el mar es más cabrón que en el otro lado.
Nunca supe porque se obstinó en ese lado.

Antes ya habíamos comprado unos refrescos y unos pollos rostisados.
La comida distendío los ánimos y ya el trato fué más cordial entre todos.

Armando ayudaba mucho al respecto con sus bromas y comentarios.
Siempre fue un excelente catalizador social.

Las cosas empezaron a mejorar y la platica ya fluyó sin problemas.

Comimos, comimos fuerte y nos sentamos en los troncos de los árboles que el mar escupía en esa época del año. Troncos de árboles fuertes que venían del río arriba y que este arrojaba al mar para regresarlos a la playa.
Siempre me gustaban esos troncos porque algunos eran de árboles completos y muy grandes, además te encontrabas muchas cosas raras en la playa como lámparas de mano, herramienta, botellas de vino, latas de conservas cerradas y varias cosas que tiraban los barcos rusos, griegos, orientales los cuales veíamos siempre como puntitos en la lejanía, como una parte constante del paisaje.

Sinceramente nos empezábamos a aburrir cuando veo que ellos se empezaron a desnudar y a sacar de sus maletas los trajes de baño, y me empecé a poner nervioso.
Lalo, Armando y yo nos vimos a la cara y nos dijimos, estos güeyes se van a meter al agua y va a ser inutil que tres cabrones como nosotros lo impidan.

Al menos el pinche Armando abrió la boca y les dijo: Si se van a meter al mar, al menos esperen una hora y media para que les haga la digestión. Palabras que todavía no terminaba de articular cuando estos cuatro pendejos ya estaban con el mar a media panza.

Nosotros callados los observabamos desde la orilla y ya no platicábamos.

El tiempo pasó y todo estaba en orden.

Lalo y yo nos tiramos en la arena arriba de unas hojas secas como colchón y empezamos a platicar, Armando con los pantalones hasta la rodilla se mojaba las piernas.

Ya nos estabámos durmiendo cuando el pinche Armando llegó hecho la madre gritando:
¡Se están ahogando!
¡Se están ahogando!

Lalo y yo nos levantamos hechos la madre y como bala nos acercamos a la orilla.

Efectivamente, estaban como a cincuenta metros de la orilla y uno de ellos estaba literalmente yéndose al fondo.

Una sensación de vértigo nos inundó y Lalo pensó, me voy a ir a la camioneta a buscar ayuda.

Sabíamos perfectamente que la salvación era muy remota.

Lalo salió disparado en la camioneta al malecón en busca de vendedores de mangos y rancheritos.

Ellos son muy buenos para nadar y en ese tiempo eran los salvavidas de la playa.

Mientras tanto Armando y yo nos fuímos metiéndo al mar.

Le dije a Armando, sabes que, vámos a regresarnos y a meternos en calzones porque el peso de la ropa mojada nos va a resultar en contra.

Nunca me había metido al mar en calzones, nunca me había metido al mar sin esperarme las dos horas de digestíon.

El agua estaba fría, y había fosas pequeñas a cinco metros de la orilla, se sentían.

Nos metimos corriéndo en chinga y nos aventamos de clavado para tratar de alcanzar la primera playa.
Así le decíamos a las formaciones naturales que la arena hacía, formando bancos que te permitían pararte con firmeza metros adentro conformando piscinas entre una playa y otra.

Por lo general se formaban dos o tres playas cada diez metros.

En esta ocasión solamente había una.

En la segunda playa estaban tres y Armando y yo les dijimos que se salieran para evitar congestión por la adrenalina y lo frío del mar.

Uno de ellos era el hermano mayor que veía como su hermano se lo tragaba el mar.

Armando y yo nos concentramos en los otros dos y los convencimos de salir.

Ahora nosotros eramos los que dabamos las órdenes.

Yo le dije al otro, no te vayas a mover y esperános aquí.

Va a venir ayuda, no te vayas a mover. Aguanta.

El gritaba como loco y no me hacía caso.

Se fue metiéndo con la idea de salvar a su hermano.

Lalo llegó con la camioneta y con cinco vendedores los cuales sin pensarlo dos veces se metieron en chinga.

Eran fuertes y nadaban muy bien.

Todos los locales nos reunímos en la primera playa para ver la estrategía.

Ellos nos viéron como diciendo esto no tiene solución, solamente tendremos que rescatar el cuerpo.

Me cagué del miedo.

Los dos hermanos al fondo, un hermano al fondo.

Ya no veíamos mas que a uno.

No sabíamos cual de los dos era.

Las olas lo empezaron a aventar hacia la orilla pero en linea inclinada esto es, nos tuvimos que recorrer a la izquierda como ochenta metros.

Cuando estaba a tiro, pero en un lugar peligroso los cinco vendedores se aventaron y se tardaron como una hora en llegar a él y sacarlo.

Estaban exhaustos, rescataron con vida al hermano.

Al hermano menor, al que se ahogaba primero.

El hermano mayor estaba desaparecido.

Ya eran como las seis de la tarde y no aparecía.

Hasta que lo vimos flotando como a doscientos metros del punto original.

Era un cuerpo que venía como venían los troncos de árboles.

LLegó a la orilla.

Uno de los vendedores le dió respiración de boca a boca, estaba frío, estaba azul.

El nos dijo, todavía le pulsa el corazón.

Lo cargamos y lo pusimos atrás de la wagoon.

Se lo llevó Lalo con Armando y el hermano menor.

Yo me quedé con los otros dos y con los vendedores.

Ellos hicieron una fogata para calentarnos.

Nos regalaron rancheritos y mangos.

Yo ya no hablé esa tarde.

¡No hablé en más de un mes con nadie!

Lalo y Armando (y el hermano menor llegaron)

El hermano mayor llegó muerto.

Todo lo demás fueron preguntas y preguntas y trámites.

A la mañana siguiente se llevarón el cuerpo en una caja de madera para México.

Todo se oscureció.

Lalo, Armando y yo no volvimos a salir juntos nunca más.

lunes, 28 de mayo de 2007

El poder de Dios te obliga.

El poder de Dios te obliga,
El poder de Dios te obliga,
El poder de Dios te obliga,
El poder de Dios te obliga,
El poder de Dios te obliga,
El poder de Dios te obliga.

Visita a la dentista.

Tenía tiempo de no ir con mi dentista debido a que estuve trabajando en varias cosas y la imposibilidad de verla entre semana dió por resultado un parentésis entre ella y yo de dos años.

Las consecuencias fueron que necesito un tratamiento largo y caro, con lo cual me sentí molesto.

Van a tener que ser cinco o siete sesiones sabatinas de tormento sadomasoquista.

Ella siempre me ha gustado, desde que estaba casada con mi tío.

Tiene más o menos mi edad y es de ascendencia libanesa, ¡muy guapa!.

Es morena, alta de muy buen cuerpo, cabello negro y largo, de tez alargada, con ojos color aceituna y porte sensual.

Me atrae mucho su personalidad y su trato.

Cuando llego a su consultorio su asistente me indica que me acueste en el asiento acolchonado y neumático de la unidad dental para relajarme en lo que ella se aparece ya que la visita al dentista siempre trae consigo tensión.

Cuando ella llega, se aparece preparada con su bata la cual deja abierta y por lo general usa una playera.
Generalmente usa pantalón de mezclilla con lo cual veo que sigue en excelente condición física.

Me saluda con un beso y va relajándome con la pática antes de empezar con las inyecciones anestésicas.

Independientemente se que habrá dolor físico en la sesión y que ella me lo va a infringir, además me lo va a curar con más anestesia.

Ella será en la siguiente hora la maestra del dolor y el alivio.

Estoy completamente a su disposición.

Ese es un poder que tiene sobre mí y que me provoca una sensación sexual, como un sentido sádico.

Es como visitar una casa de mujeres sadomasoquistas.

En algunas ocasiones se tiene que aproximar a mi por la posición que debe tener mi boca hacia ella, y veo detenidamente sus ojos y me agradan.

En algunos momentos yo cierro los ojos y me la imagino haciéndole el amor en el diván, yo como el paciente sumiso y ella con su batita de dentista y con un látigo dándome órdenes y yo obedeciéndole ciegamente.

Esta sensación hace que me exite y que el miembro se me ponga erecto.

Ella se da cuenta y solamente me ve a la cara, yo no desvío la mirada.

Cuando se voltea para escoger alguna pasta o instrumental a veces se agacha para buscarlo y volteo a verle el trasero el cual me vuelve literalmente loco.

Ella deberá sentir mi mirada.

Ella me pregunta que como me siento y yo le digo siempre que bien, nunca me quejo del dolor ya que se soportar el dolor físico.

A ella le gusta que no me mueva mucho.

Nunca le hago cometarios de ningún tipo de su belleza o de lo que siento por ella.

A veces me pregunta si ando con alguién y siempre le contesto que no, y es que hace mucho que no salgo con nadie.

Probablemente ella espera que yo le pregunte lo mismo, pero nunca lo hago.

Solamente la deseo, pero me interesan más mis dientes.

miércoles, 23 de mayo de 2007

El Rey de la Locura.

Voy con mi paso seguro,
Observando a mi alrededor,
En este coche que me aísla,
De este mundo exterior.

Una imagen me reclama,
Yo le prestó atención,
Es el Rey de la Locura,
Con su trono en un rincón.

Lleva puesto un traje oscuro,
Sucio, ralo y simplón,
Manchado de mugre y media,
Sin color, sin expresión.

Su cabello está muy largo,
Largo y sucio su mentón,
No se distingue a ciencia cierta,
Ni su cara, ni su expresión.

Lleva cargado en su espalda,
Un morral con un listón,
El listón es un mecate,
Con basura de a montón.

Su andar es siempre lento,
Su destino es sin razón,
No se ve que busque nada,
Ya no tiene ambición.

En un tiempo él fue un alguien,
Tuvo amigos de a montón,
Tuvo esposa y tuvo hijos,
Y vivió una relación.

Hoy su mundo es la calle,
Es un reino sin patrón,
La basura es su destino,
La locura su ambición.

Voy con mi paso seguro,
Observando a mi alrededor,
En este coche que me aísla,
De este mundo exterior.

Llevo limpios mis ropajes,
Perfumado siempre estoy,
Una imagen pulcra y limpia,
Reflejando lo que soy?

martes, 22 de mayo de 2007

Navegando por internee....

yo te divisee....

t´as bonita.
t´as chiquita.
t´as loquita.

y mi cais muy bien.

lunes, 21 de mayo de 2007

Viaje a Ixtapan de la sal.

El viernes pasado me fuí a Ixtapan de la Sal con dos compañeros de la chamba (también son mis amigos) y llegué al hotel Rancho San Diego a una convención de la cámara en la que trabajo.
La reunión fué con autoridades por lo que fue interesante compartir opiniones en mesas de trabajo sobre aspectos como gestiones, agua potable y energía eléctrica entre otras.
Estas reuniones sirven como catalizador para romper el hielo con los funcionarios públicos y medir como serán las relaciones en la gestión de los proyectos, las cuales llegan a tardarse unos dieciocho meses. Realmente es un negocio muy pesado el inmobiliario ya que se trabaja con mucha presión.
Evidentemente las mordidas en las gestiones están a la orden del día, y si no se "empujan" con billete, pues simple y sencillamente no salen.
Las autoridades están en su papel de la reforma administrativa, etc., pero al final es un juego de valores entendidos, para lo cual en el rubro gestiones del flujo financiero siempre hay que contemplar los "honorarios estimados" para algunos funcionarios.

Al paso del tiempo, uno se va haciendo más acorde con las reglas del juego, sin dejar de ser molestas en algunas ocasiones ya que te hacen ir muchas veces y perder mucho tiempo.
Pero así es el negocio y son reglas dentro de las reglas normales para este tipo de negocios.

Me agrada ver jovenes arquitectas como gerentes de operación hoy en día ya que hace diez años no había mujeres en estos niveles del lado de los desarrolladores, este es un negocio machista.
Me agradó ver en particular a una, ya como gerente general de una importante empresa, siendo que apenas hace tres años era una funcionaria de orden medio. Hoy ya superó a muchos de su generación y me dió gusto ya que en alguna época yo fuí una especie de jefe de ella.
El trato fue cordial y amable.

Las grandes empresas inmobiliarias se están transformando y muchas de ellas han reestructurado sus áreas y procesos, por lo que mucha de la gente que yo conocía ya no está en alguna empresa en particular ya que emigró o lo emigraron de puesto.

Es difícil llegar a la edad madura ya que tus perspectivas se van cerrando, desafortunadamente es difícil inclusive para gente en sus mediados treinta.

La junta en general fue buena y yo me la pasé bien.

En la noche y para cambiar la rutina nos fuímos algunos a la disco del pueblo a tomar unos tragos y platicar (como ando en mi época abstemia pues yo pura coquita light), la mezcla con los lugareños fue amistosa y me gustó ver a algunas muchachas guapas bailar en la pista.
Como yo estaba muy cansado no platiqué mucho y solamente me concreté a seguir la plática y a relajarme.

Ya bastante entrada la madrugada regresamos al hotel y como yo no estaba crudo pues me fue fácil levantarme para proseguir el día.

El evento prosiguió y terminó, posteriormente nos fuímos a la alberca y nos quedamos bien dormidos como dos horas, hicimos el chek out y nos regresamos.
Decidimos irnos por otro camino y fuimos publeando hasta que llegamos a las faldas del bosque del Desierto de los Leones y pasamos a un restaurant muy bonito a comernos unas truchas.
Muy buenas por cierto, comimos a gusto y llegamos a la oficina por nuestros carros.

Ya el sábado por la noche y en mi casa me puse unos pants y me acosté a ver la televisión un rato.

El cambiar de ambiente me sirvió, ya que nos reimos mucho y platicamos de otras cosas no solamente chamba, me gustan los carreterazos.

Me siento a gusto en estos momentos y me siento creativo.

Se viene mucho trabajo para mí en este año y en los que siguen, así que hay que estar bien.






Estaba lloviendo....

y me estaba mojando,
y yo me quedé esperando su amor.
Me dijo a las cinco
y me dieron las ocho,
y nunca llegó a la cita de amor.

Por eso yo quiero cambiar de sombrero,
irme de vaquero,
buscar otro amor,
quiero una morena,
pero que me quiera,
y que sea vaquera,
igualita que yo.

tas nojado?

no.
tas peleado?
no,
intonces porque no mi hablas?
.....
ves?
que.
que si tas nojado,
que no!
ves?
si tas nojado.
que no.
ah entonces, tas cagao!

jueves, 17 de mayo de 2007

Valores acittudinales.

En muchas ocasiones las personas ponderan los valores creativos y los valores cognoscitivos, encima de los valores actitudinales.
Los valores creativos se dan en función de una representación artística del objeto originada por el sujeto.
El arte viene a ser la materialización de esa idea.
El arte es una manifestación de la sensibilidad humana, pero se da por la propia naturaleza humana, esto es, es un valor intrínseco.
El arte puede tener o no valor para un grupo determinado de personas.
Las manifestaciones artísticas en muchas ocasiones generan placer, en otras son abstracciones de la realidad.
En términos generales los valores artísticos se manifiestan y ya "están dados" por el propio arte como un valor absoluto el cual no hay que buscarlo, solamente descubrirlo. No es una cualidad especial para el artista en sí, porque ya está dado en la naturaleza.

El proceso cognoscitivo como tal, es la generación de un modelo sustentado con variables del conocimiento del objeto, el cual el sujeto en base a su experiencia materializa en dicho modelo.
El investigar, tener experiencias y generar una racionalización sistémica puede conducir al descubrimiento de un fenómeno como abstracción de la realidad y a su control.
Los valores cognoscitivos le dan una diferenciación a las personas en determinado campo de acción en el que se tiene "cierta" experiencia.

El arte y el conocimiento nutren a la persona pero no le dan vida.

¿Porque digo que los valores actitudinales son más importantes?

Porque están basados única y exclusivamente en la desición del sujeto hacia el objeto en la búsqueda de su verdad y pueden incluir a los valores creativos y cognoscitivos.

La importancia de los valores actitudinales es que son el resultado de una acción predeterminada de la conciencia y de los sentimientos.
Implican la responsabilidad de responsabilizarse por uno mismo en búsqueda de la satisfacción de objetivos.

El abandonarse, evadirse, hacia la resolución de algún problema trae por consecuencia actitudes negativas que generan comportamientos negativos y vidas insatisfechas y depresivas.

La inmensidad de la vida en sí genera la necesidad de crear valores artísticos o de conocimiento, pero su desarrollo, su cumplimiento deben estar basados en una actitud constante y responsable.

Sin actitud no hay vida, sin actitud no hay arte, sin actitud no hay conocimiento.

La actitud diferencia a los seres humanos unos de otros no lo que saben o lo que crean.

Lo que saben y lo que crean generan el accionar de la vida con la actitud como sustento.

Yo vivo en función de lo que yo decido y de lo que yo hago con las consecuencias de mis propios actos.

Yo vivo en función a mi actitud ante la inmensidad de la vida, de ahí tomo el conocimiento para crear.


lunes, 7 de mayo de 2007

Un dilema juvenil.

internet o no internet, ese es dilema......

viernes, 4 de mayo de 2007

Del respeto y otras cosas.

Respetar, significa no transgredir el espacio de cada individuo, entendiéndose por espacio la delimitación que la razón, las costumbres sociales y éticas conforman la intimidad física y existencial de una persona.
La dignidad humana forma parte de uno de los límites mas sensibles y con mayor valor moral para los seres humanos. Desafortunadamente este es uno de los valores mas afectados por la falta de respeto.
Diariamente observo a personas que tienen que transportarse grandes distancias en medios escasos y deteriorados, largas colas y un trayecto monótono hacen que personas ocupen unas tres horas y media en transportarse de sus casas a sus centros de trabajo y de regreso en condiciones completamente deplorables, donde son sujetas al hacinamiento, malos olores, y el pésimo servicio del transporte común.
La falta de previsión en el crecimiento de las grandes urbes ha provocado por consiguiente que las personas sean sometidas a cargas de estrés fomentando una gran neurosis colectiva.

Otro aspecto es la falta de una vivienda digna para las clases bajas y los entornos sociales completamente marginados de los servicios de infraestructura necesarios para poder vivir excluidos de enfermedades producidas por la falta de higiene y contaminación. En muchos de estos lugares se forman hacinamientos los cuales desembocan en la creación de grupos delictivos y zonas de vicio.

Las megaciudades son generadoras de una vida dura y de una falta de conciencia social y moral transgrediendo el orden y respeto a la dignidad humana.

Es por lo anterior la necesidad de replantear algunos aspectos en la composición urbana de las grandes ciudades, en donde la tendencia debería ser la creación de ciudades o distritos que concentren la mayoría de los servicios en función del número de la población, con la finalidad de evitar los grandes desplazamientos urbanos y la concentración de servicios totales para cada núcleo.

Las ciudades deberán de regenerarse al paso del tiempo debido al crecimiento demográfico de la población en general, el costo será muy alto y el proceso muy lento.




miércoles, 2 de mayo de 2007

martes, 1 de mayo de 2007

Sinfonía interior.

Están los violines y contrabajos,
el fagot y los cornos,
las tubas y las flautas,
los chelos y trombones.

Interpretando una mezcla celestial,
está Beethoven, Mahler y Strauss,
está Berliotz, Schubert y Vivaldi.

Está el presente, el pasado y el pasado presente,
todo se mezcla in tempo a destempo.
No hay época o moda,
no hay ritmo o pausa,
es un ritmo que va, que va y que va.

Cierro los ojos y escucho los sonidos,
los sonidos son imágenes,
las imágenes son cantos,
los cantos son recuerdos,
los recuerdos son sonidos,
y el sonido es música.

Me relajo, me entretengo, me adormezco,
es un molto vivache,
con un allegro non tropo,
es un río que me lleva,
es un sonido que me susurra.

Cánticos gregorianos metafísicos,
que interpretan los sueños místicos,
me agrada oírlos, verlos, tocarlos y sentirlos,
me agrada vivirlos,
me agrada teñirlos.