sábado, 3 de abril de 2021

El comercio......

 El arte de vender el producto o servicio que aporte valor a quién lo consume.

No solo valor directo del producto en sí, valor psicológico del bienestar en el corto plazo.

Para dar un buen servicio se debe conocer bien el producto que se ofrece. Como si uno mismo fuese quién lo consume. Esto es, se debe consumir el producto regularmente para creer en los beneficios que aporta.

Si por ejemplo en un crédito hipotecario no se tiene uno, al menos hacer una simulación propia con los modelos existentes, para ver el comportamiento del crédito a través del tiempo (corrida financiera) y determinar como la carga financiera del pago mensual pudiese afectar a una persona que tiene o no un empleo a largo plazo, simular como los hábitos de compra lo pudiesen afectar. En resumen ver como el cliente puede llevar una vida en cierto sentido "normal" sin verse ahorcado a futuro. Determinar con lo que gana que puede comprar y no llenarle la cabeza con expectativas que lo arruinen personal y financieramente en el mediano plazo.

No llevar a los clientes al matadero.

No ofrecer productos que no se hayan consumido y se vea si funcionan o no bajo ciertas características normales de uso, como pudiese ser la temperatura del lugar, la humedad, la resistencia de los materiales que constituyen el propio producto, la resistencia al lavado, a la mezcla con otros suplementos de otras marcas.

No ver a los clientes como corderos fáciles de engañar.

Estar al pendiente de las necesidades del cliente es una vocación, se basa uno en la ética personal, es la confianza que crea el servicio de postventa. El suplemento de garantías, el remplazo del producto que viene defectuoso de fábrica o que no viene con la cantidad señalada en el empaque.

No pensar que de una venta saldrá la utilidad.

La generación de una marca es el posicionamiento que de los clientes tienen sobre su vendedor, es el pequeño punto del mercado ambulante en donde todos van a comprar queso, mientras que en los locales vecinos la clientela va en mucho menor cantidad. Es ese puesto de tacos que con su salsa mágica se vuelve la envidia de aquellos que hacen lo mismo pero sin la mitad del éxito. Saber mutarse, no mentir, que la gente te vea a la cara siempre sin que te tengas que esconder, sin agacharte. Que la gente como autómata vaya y se tome ese licor que por años has vendido en los portales del mercado, o que compre la carne que siempre viene en excelente calidad, o la fruta siempre bien dispuesta, limpia y reluciente que parece parte de un cuadro impresionista.

El cliente se basa en la relación a largo plazo.

Fomentar al cliente es hacer que su hijo, su hermano, su padre y sus nietos acudan a ti, para generar una ramificación entrelazada de familias, de descendencia, de amigos, haciendo que tu tribu de clientes y al final de seguidores estén con tu marca, con tu persona. Aun dentro del mercado electrónico que sepan que cuando les llegue el producto parecerá que fueron al mismo punto de distribución, con las mismas características, el mismo olor, la misma bolsa crujiente, tu imagen imaginaria que les devuelve esa sensación de gozo al hacer la compra, por eso regreso a decir que las ventas no son un fin, son un proceso de vida.

El comercio en edad tardía.

Bendición para quién lo practica sabiendo o entendiendo el concepto de "vivir de" y "vivir para" el comercio. Haciéndolo un modo de vida, generando relaciones de vida, animándose a levantarse para hacer la venta, no perder el sentido de logro por frustraciones ya que al final del camino es lo que uno escogió y la idea del enriquecimiento sin un fundamento no sirve. No se trata de enriquecerse se trata de servir y también se trata de sentirse bien vendiendo. No siendo advenedizo. Estar limpio, estar presto, estar servicial son algunas cosas que del comercio se aprenden y que para el comercio se vivifican.

Actividad ancestral de dos entes para intercambiar productos, servicios con un beneficio mutuo.....