sábado, 31 de octubre de 2009

Fin de semana para estar solo.

pero tranquilo.

Me gusta estar solo periodos largos de tiempo, de esa soledad que se disfruta leyendo, entreteniéndose, caminando, vagando.

Además la atmósfera ayuda, el clima está seminublado, no hace calor y se antoja tomarse un aperitivo en algún lugar del centro de Puebla.

Tiempo de la introspección, de tener un pedazo de queso en la boca, a lo mejor un puro y de acicalarse.

No quiero saber de problemas entre las personas de mi familia, del trabajo, de los vecinos, del mundo en general.

Tampoco me interesa pensar si estaría mejor con alguien, con hijos, con mil cosas que luego me rondan por la cabeza.

Soy solitario desde niño, me gusta observar, mirar, curiosear.

Yo no podría estar en estos momentos en un centro comercial lleno de gente o con niños a mi alrededor gritando o corriendo.
Eso no es para mí.

No quiero escuchar quejas, reclamos, gente sentida o rencorosa.

No me apetece estar con gente, quiero estar conmigo, sin prisas, sin poner a mi cerebro a trabajar pensando porque la gente se mueve de aquí para allá o de allá para acá.

Llenar un soduku, ir a la obra, enlodar mis zapatos, sentarme a escribir esto, comprar el periódico, tomar un café, es lo que he hecho en este día y pienso seguir así por los próximos dos días.

No me interesa si la niña bonita me ve y quiere que la escuche o que la salude, no me interesa si el que va tras de mi en el carro se incomoda porque voy lento, no me interesa hacer una hora más para lo que debería hacer 10 minutos, no me interesa escuchar tus lamentos, preocupaciones, llantos y sueños utópicos.

Me interesa estar así.

Estoy fuera de la correlación, aunque cada día tengo más compañeros en este punto.

A lo mejor me voy a tener que mover a otro......

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