Las pausas de evasión son válidas. Son exacerbaciones del gusto cómo tomar la taza de café mañanera. O físicas como la caminata sin rumbo ni tiempo para despejar el cerebro, tomando el sol, viendo escenarios y sudando la gota gorda.
También descansar de uno mismo es importante. Desembotarse de los pensamientos negativos y catastróficos rutinarios que van dejando zanja en el estado de ánimo y bajan el rendimiento.
Qué es la paz mental? Es el darse cuenta consciente del valor presente en un sentido de tranquilidad.
Entonces cada día en lugar de ser una actividad adaptada a la monotonía impuesta por los medios, es una actitud personal que hace que las actividades se permeen dentro de nuestro paño del hacer para ser.
La toxicidad existe si mi rutina lo permite. La no toxicidad se va cuando me ubico en la parte atómica de resolver solo lo que yo puedo cambiar.
El mundo es un laberinto en el que hay que toparse con pared y retornar. Tomar otro camino. Hacer variantes.
El camino lo haces tú y puede ser tan soleado y con flores como lo decida tu fuerza de ejecución diaria o lóbrego y húmedo como tú inmovilidad.
Vivir para ser es el Nirvana que hay que conquistar día a día durante 24/7.....
El Nirvana está ahí cuando cansado te vas a dormir tranquilo en la noche.
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