Este domingo que pasó me la pasé bien relajado en mi casa.
Y ya ví que el entorno puede favorecer ese hecho.
Si yo me preparo una buena ensalada con una carne asada y unas chelas puedo decidir comer en:
El comedor adentro de la casa y siento una sensación que no me agrada.
Si decido comer en el cuarto de la televisión, como de prisa, ni veo la tele, ni como bien (y se me cae la comida).
Pero si como en el jardín, abajo de un buen árbol y saco la mesa de plástico, le pongo un mantel y me tomo una buena copita de vino o la chela con musiquita domingera de radio ibero o de alguna estación chill out, pues me siento como si estuviera comiendo en la playa.
De short con playera de algodón y sandalias, sintiendo el vientecillo y escuchando los pajarillos.
Me siento agradecido con la vida, con la naturaleza, conmigo mismo.
Tengo que buscar gratificarme más, mucho más. mucho mucho más.
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1 comentario:
Uy... hasta a mi se me antojó :)
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