Respetar, significa no transgredir el espacio de cada individuo, entendiéndose por espacio la delimitación que la razón, las costumbres sociales y éticas conforman la intimidad física y existencial de una persona.
La dignidad humana forma parte de uno de los límites mas sensibles y con mayor valor moral para los seres humanos. Desafortunadamente este es uno de los valores mas afectados por la falta de respeto.
Diariamente observo a personas que tienen que transportarse grandes distancias en medios escasos y deteriorados, largas colas y un trayecto monótono hacen que personas ocupen unas tres horas y media en transportarse de sus casas a sus centros de trabajo y de regreso en condiciones completamente deplorables, donde son sujetas al hacinamiento, malos olores, y el pésimo servicio del transporte común.
La falta de previsión en el crecimiento de las grandes urbes ha provocado por consiguiente que las personas sean sometidas a cargas de estrés fomentando una gran neurosis colectiva.
Otro aspecto es la falta de una vivienda digna para las clases bajas y los entornos sociales completamente marginados de los servicios de infraestructura necesarios para poder vivir excluidos de enfermedades producidas por la falta de higiene y contaminación. En muchos de estos lugares se forman hacinamientos los cuales desembocan en la creación de grupos delictivos y zonas de vicio.
Las megaciudades son generadoras de una vida dura y de una falta de conciencia social y moral transgrediendo el orden y respeto a la dignidad humana.
Es por lo anterior la necesidad de replantear algunos aspectos en la composición urbana de las grandes ciudades, en donde la tendencia debería ser la creación de ciudades o distritos que concentren la mayoría de los servicios en función del número de la población, con la finalidad de evitar los grandes desplazamientos urbanos y la concentración de servicios totales para cada núcleo.
Las ciudades deberán de regenerarse al paso del tiempo debido al crecimiento demográfico de la población en general, el costo será muy alto y el proceso muy lento.
La dignidad humana forma parte de uno de los límites mas sensibles y con mayor valor moral para los seres humanos. Desafortunadamente este es uno de los valores mas afectados por la falta de respeto.
Diariamente observo a personas que tienen que transportarse grandes distancias en medios escasos y deteriorados, largas colas y un trayecto monótono hacen que personas ocupen unas tres horas y media en transportarse de sus casas a sus centros de trabajo y de regreso en condiciones completamente deplorables, donde son sujetas al hacinamiento, malos olores, y el pésimo servicio del transporte común.
La falta de previsión en el crecimiento de las grandes urbes ha provocado por consiguiente que las personas sean sometidas a cargas de estrés fomentando una gran neurosis colectiva.
Otro aspecto es la falta de una vivienda digna para las clases bajas y los entornos sociales completamente marginados de los servicios de infraestructura necesarios para poder vivir excluidos de enfermedades producidas por la falta de higiene y contaminación. En muchos de estos lugares se forman hacinamientos los cuales desembocan en la creación de grupos delictivos y zonas de vicio.
Las megaciudades son generadoras de una vida dura y de una falta de conciencia social y moral transgrediendo el orden y respeto a la dignidad humana.
Es por lo anterior la necesidad de replantear algunos aspectos en la composición urbana de las grandes ciudades, en donde la tendencia debería ser la creación de ciudades o distritos que concentren la mayoría de los servicios en función del número de la población, con la finalidad de evitar los grandes desplazamientos urbanos y la concentración de servicios totales para cada núcleo.
Las ciudades deberán de regenerarse al paso del tiempo debido al crecimiento demográfico de la población en general, el costo será muy alto y el proceso muy lento.
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