miércoles, 23 de marzo de 2011

El camaleón.

Desayunando unos huevos con jamón y un poco de queso, café con leche.

Alistándome para ir a trabajar después de haber dormido unas 9 horas y media profundamente.

Esos viajes en camión cansan, en esa carretera tan pesada, con tantas curvas y tan angosta, hacen que uno llegue molido a la mañana siguiente.
10 horas continuas de no poder encontrar la correcta postura y cuando el sueño apenas se concilia un gordo mueve una nalga o una pierna y te mueve de esa posición tan anhelada durante dos o tres horas de mover un brazo o una pierna o reclinar la cabeza en cierta forma.

Para rematar un filósofo dándole cátedra a una veintiañera de pensamientos tan profundos como si el aguacate es bueno para las reúmas y si su origen es maya o huasteco.
Cuatro horas de tratar de impresionarla, para que al final en la primera parada en la ruta del autobús ella se baje sin siquiera despedirse ante la decepcionante mirada de ese filósofo con aires de seductor universitario cuyos sueños de ligarse a una jovencita se ven esfumados con un frío adiós.

Llegar en la madrugada del día anterior me provoca estar como un zombie durante todo el día y poder descansar esa noche me provoca un sueño profundo y reparador.

No es que me queje , al contrario estos viajes que he venido programando me relajan ya que salgo de mi entrono habitual de trabajo y descanso los días dormido y saliendo con gente sencilla que no me hace preguntas.

Esta vez me fui a comer mariscos con el taxista que es mi primo y que me enseñó todo el procedimiento para vivir en estados unidos de mojado durante nueve años.
También me enseñó como legalizarse y como regresar al país del norte para volverte a reestablecer.

Esto me agrado sensiblemente, realmente fue una clase de primer nivel que no hubiera esperado que mi primo el taxista lo hubiera hecho mejor que cualquier promotor de viajes al extranjero.

Esa necesidad de irse, de largarse a lugares lejanos, llenos de nieve, con paisajes bellos.

Pero ya estoy aquí de vuelta, en la oficina después de haberme madreado con la pendeja que da las licencias mayores y haber movido mar y tierra para sacar audiencia mañana con su jefe y volver a explicar por centésima vez el proyecto a los nuevos señores del poder.

Lo mismo, lo que no cambia, lo viejo y lo nuevo en la política mexicana son la misma mierda corrupta.

Hoy regreso al gym, después de haberme tomado un time de dos meses y medio, voy a nadar a correr en la primavera, verano y otoño que es cuando me atrae estar mas en fitt.

El pedo, agarrar el pedo, que necedad es esa?

Me da hueva la gente que forma su vida alrededor de agarrar el pedo, esa socialización tan pendeja que se da que para estar bien tienes que agarrar el pedo.

Por eso somos una nación de obesos, gordos y bofos, solamente nos interesa agarrar el pedo y emborracharnos para justificar felicidad, sociabilidad y unión.

Pobre de Oscar, con sus depresiones justificadas, con sus miedos internos, también de Sergio con la vida hecha en la misma recámara de toda su vida, como un cuarentón que le sigue gustando hablar del América.

Ese mi Rudy, a pesar de haber tenido un infarto debe tener unos treinta kilos de sobrepeso, y parecer un elefante de dos patas que constantemente dice pendejada tras pendejada.

Pero bueno no me importa, por mi que se pudran los tres, que exploten, que sigan pensando que viven dentro de esa comodidad burguesa que te da el miedo, la inmovilidad.

Preparado para mas clases de francés, ahora con otros métodos, con otras personas, las cuales tendrán otras manías complicadas que solo los franceses tienen.

Soy un camaleón?

Hace mucho que no me decían: el camaleón, hasta ahora que vi a un amigo que tendría toda una vida sin ver.

Soy un camaleón?

No lo se, pero me gustaría cogerme a Zoe Voss.


No hay comentarios: