viernes, 18 de marzo de 2011

Sentirse pleno.

Cuando dentro de tu perspectiva estás consciente de tus límites y derivados.

Esto es cuando sabes tu potencial y con el vives para vivir tu vida a plenitud.

Quién no cae, no vive.
Quién no afronta la adversidad vive en la constante incertidumbre.
Quién tiene miedo, muere día a día.

Es importante, es placentero estar pleno con uno mismo.

Sin importar el que dirán, sin importar la opinión de los demás.

Ser libre, es muy placentero.

Estar luchando es un proceso diario para salir adelante.

Romper las barreras en nuestra mente, aplicar lo conocido y trabajar en uno toda la vida, son responsabilidades que generan buenos resultados.

No es una cuestión de vanidad o de falsa arrogancia, pero pocas personas viven a plenitud.

Los miedos del que dirán, los miedos a perder el estatus en el que uno se aburguesa día a día, son los lazos que sujetan la mente a la sumisión de los caprichos externos.

El vivir para tener y no para ser, son lo que nos sujeta a una prisión dentro de nosotros mismos.

Ser pleno, es ser comprometido con nuestra misión de vida, cueste lo que tenga que costar.

No arrugarse, no estar inmóvil, sea la edad que tengas o la posición que tengas en la vida es la base de la plenitud.

La plenitud hace que las personas en los momentos mas difíciles de sus vidas, salga adelante, se supere, se sublime hacia valores heroicos en su vida.

En búsqueda de la plenitud total, siempre y por siempre.

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