3D

Siempre será mejor ver a una mujer en 3D, que verla de manera virtual.

Las imágenes engañan, desvirtúan la realidad y el plano cartesiano en dos dimensiones no permite ver la profundidad de unas largas piernas enjuntandas en unas calzas bien ajustadas y medio cubiertas por un pull-over café.

Tampoco dejan ver la magnitud de dos buenas tetas apretadas en una playera de algodón, ni el culazo de la chamaca que sabe bien lo que tiene debajo de ese pantalón de mezclilla ajustado, con sus chamorros pronunciados por la altura de esos zapatos de tacón.

Ni a las estilistas que se pegan cuando cortan el cabello y que les gusta tocar un poco de mas cuando es hora de masajear el cabello en un lavado con shampoo, previo al corte.

Ni tampoco las imagenes reflejan, las posturas, los olores, los sabores.

Idiotizados por los medios y tratando de ser seductor con palabras, muchas veces los hechos son imaginarios y la realidad está perdida en imagenes distorsionadas de otras personas.

Hechos, realidades, pieles que se palpan, eso es lo que importa, sudar, el sol, la lluvia que te pega en la cabeza, ese es el marco que debe regir la realidad.

El plano 3D, que se encuentra todos los días a todas las horas y en todos los minutos.

No importa los desdenes, los reproches, el voyeurismo real deja mas que el voyeurismo de imágenes sospechosas, siempre sonrientes, siempre con clase, siempre tan frías.