miércoles, 4 de marzo de 2015

No voy a ceder.

En vista de los recientes acontecimientos de reestructura de la empresa, donde me he visto profundamente afectado en mis funciones debido a que la hija del dueño ahora desempeñará funciones que yo venía haciendo en el área comercial, se perfectamente que mi posición ahora depende de que lo que tengo a mi cargo lo lleve bien controlado y al día. Es un hecho que pasará el tiempo y ante la inminente llegada del otro hijo del dueño pues el futuro ya lo veo muy incierto aquí.

Es importante estar a la expectativa de lo que él quiera, sobretodo en los negocios en los que yo participaré, por lo que debo anticiparme a los hechos e ir tratando de encantar a la serpiente la cual se moverá siempre fríamente para lograr sus objetivos e intenciones.

Yo realmente veo actividad para este año, y la tengo que aprovechar.

Lo que si me queda claro es que hay puntos en los que no voy a ceder.

El mas impotante es en mi estado de ánimo, ya que ya no estoy para andar con juegos enmascarados de quedar bien con los familiares de nadie, realmente este trabajo lo tomo como un pasatiempo en lo que veo oportunidades mejores y si por alguna razón tengo que irme de aquí y no hay nada al menos soy consciente que he hecho mi mejor esfuerzo para sobrevivir en esta ciudad.

Otra cosa en la que no voy a ceder es en divertirme trabajando, probablemente esté relacionado con el punto anterior, pero ya basta de preocupaciones por la opinión de los demás, yo solamente trabajaré para sacar lo que me pidan y nadamas.

Lejos están los tiempos en que la opinión de los demás era el fundamento para vivir, para sentir.

Yo estoy ya mas lejos del bien y del mal y se que el camino futuro será muy diferente al ya andado, con nuevas reglas, nuevas maneras de trabajar, de cobrar honorarios, de vivir la vida.

No estoy dispuesto a ceder lo ganado en estas andanzas de vida.


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