domingo, 7 de enero de 2007

Dejando la codependencia.

Dejar de estar con gente enferma en busca de la congruencia con uno mismo.

Se que estoy dejando pasar una oportunidad de trabajo, de seguridad económica, de certidumbre en la planeación.
Se que en estos momentos no es fácil volverse a emplear en un trabajo estable y que volveré a tener que empezar a buscar relacionarme y seguir con lo que venía haciendo hace tres meses.
Deberé ajustar mis gastos y ser disciplinado en cuanto al destino de los recursos de mi presupuesto.
Pero sobretodo deberé apoyarme mentalmente para no pelear conmigo mismo con respecto a la toma de mi decisión.

Una de las cosas que me trazé hace tres años es no vivir con esa angustia que me paralizaba y esa impotencia de tener que ocultarme y poner mis sentimientos y mis necesidades como una prioridad última por abajo de la seguridad económica.

Estuve a gusto en las actividades que se me encomendaron y supe manejar las relaciones con mis superiores y compañeros de una manera profesional y amable.
En cuanto a las funciones encomendadas, siento que trabajé con creatividad y sentí una sensación muy agradable en ir descubriendo los resultados que aunque no se aplicaron en la práctica (y siempre supe desde el principio que no se iban a aplicar) me dejaron la satisfacción de ir descubriendo que cuando me trazo una meta soy muy capaz de realizarla.

Cuando me comentaron que mi puesto desaparecería yo sabía que esa posibilidad siempre estuvo presente desde el principio ya que era una función casi platónica del director ante tanto problema financiero que presentaba su empresa.

Problemas financieros que él mismo se ha creado al paso de los cinco años pasados en donde probablemente influenciado por la facilidad de tener grandes cantidades de efectivo producto del otorgamiento de créditos, los utilizó para su provecho personal, provecho que ahora está afectando notoriamente los resultados de su empresa.

Cuando me propuso ahora cambiar de rol para ser la persona que regule al personal, los costos y la producción, tomando un papel que se requiere ser rígido y tener la idea de castigar a la gente que bajo sus palabras "le ha venido tomando el pelo" a través de los años, además de hacer grandes cambios para que entiendan que de ahora en adelante serás el ogro de la película y la gente deberá tenerte miedo. Me dí cuenta perfectamente que él lo que quiere es tener un intermediario entre su gente y yo para que yo sea la válvula de escape entre su personal que ha trabajado con él por más de diez años, entre su proceso productivo, entre sus socios, entre sus innumerables problemas que cada día crecen más como una bola de nieve.

Entonces mi panorama, tener que tratar ahora de manera ruda y cortante a los compañeros que tres meses atrás he venido tratando bien y en donde sinceramente y desde un punto de vista superficial no me puede constar que han obrado de mala , por otro lado lidiar con el proceso productivo, él cual no cuenta con los recursos suficientes para operar ante la escacez de recursos financieros y el punto más desgastante que sería lidiar con él de manera tal que ahora tendría que subirme a su ego y total visceralidad para manejar los asuntos en donde dispone de los recursos como le viene en gana y siempre a la expectativa de su mal trato con sus empleados.

Fue cuando visualicé el panorama para este año, una presión constante y despiadada sobre mí, siendo el centro de las críticas y sin el apoyo suficiente para salir adelante, en done en algunas ocasiones la gente a mi cargo será directamente tratada por él, esto es, en donde mi autoridad se vería gravemente afectada y en donde las exigencias recaerían sobre mí sin yo tener el apoyo para pagar a tiempo a mis proveedores afectando mi tranquilidad y perdiendo el sentido de logre que para mí es tan importante cuando desempeño una labor.

Y entonces vi al director de planeación con sus ataques de angustia que le dan en la oficina, y también vi al director financiero con su urticaria en la cara que le aparece de vez en vez y vi como se fue el director de comercialización peleado a muerte con él y como se están poniendo enfermos varios de los empleados, siempre con un pie en la calle, siempre bajo amenazas.

Y me dio entonces esa sensación de angustia que ya no tolero, esa sensación de ira que sé que un día estallaría y ya me veo gritándole al jefe y como un animal iracundo atacándolo y diciéndole sus verdades.
Y entonces me vi con esa angustia e insatisfacción de tener que ir en contra de mis principios para estar peleando conmigo todo el tiempo por no ver la congruencia entre mis pensamientos y mis actos.

Entonces pensé que en realidad yo no quiero tener una mala relación con él y que sería mejor una alternativa de negocios por fuera sin estar en la operación directamente por lo que establecí lo siguiente:

1. No aceptar la nueva responsabilidad diciéndole que para lo que me contrató se terminó el período y que al cerrar la plaza pues ya no hay motivo de mi permanencia en su empresa.
2. Proponerle una alternativa de negocios en donde yo lo puedo apoyar colocando su producto ante los clientes y buscando fuentes de financiamiento alternas con la idea de que él pueda salir de sus problemas.

Con lo anterior literalmente me estoy despidiendo dejando las puertas abiertas en caso de que nos volvamos a encontrar en el camino y no sea un obstáculo para mí.

Con el tiempo he aprendido ya ante las situaciones adversas a no generarme enemigos que luego salen al paso.
Para que generarme una mala situación a futuro, mejor generarme una situación armónica dentro de lo posible.

Por eso decidí dejar este trabajo y seguir el camino bajo otra situación, bajo otra perspectiva.

Estoy con la idea de llevarme conmigo bien de una vez por todas como lo decidí hace tres años y siento que voy en ese tenor.

Estoy aprendiendo a vivir en paz conmigo.

Equilibrio es la paz elemental.

Busco mi paz elemental.

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