jueves, 25 de enero de 2007

Primero hay que saber escuchar.

Escuchar, oir con cuidado, poner atención a los eventos situacionales, ayuda mucho mejor a reflexionar para preparar una respuesta satisfactoria o un cuestionamiento oportuno.
Muchas veces solamente se escucha automáticamente bloqueando la creatividad en la decisión.
El responder rápido, desconectado de las ideas que se crean en el cerebro conduce generalmente a respuestas irreflexivas las cuales provocan en la mayoría de las ocasiones, reacciones contraproducentes del o los receptores de la información.
No expresar con claridad las ideas o los sentimientos da por resultado la expresión de mensajes confusos y resultados insatisfactorios la mayoría de las veces.
Muchas veces la respuesta está basada en el sentimiento por sí mismo, es cuando el acto de recepción y emisión de información se vuelve mecánico y probablemente esté condicionado al carácter y forma de ver las situaciones de las personas bajo ciertas experiencias repetitivas.
Muchas veces una persona responde agresivamente a los mensajes sobre una situación en particular no porque no pueda resolver esa problemática en particular sino porque tiene malas experiencias con los hechos pasados.
Vaya si como ejemplo ponemos el hecho de que me aterra pagar impuestos y cada vez que debo hacer este acto, el cual ya se sabe que es obligatorio y el período de pago se aproxima, probablemente se den respuestas con más ponderación al efecto emocional que a lo objetivo de la operación cuando se cuestione por algún interlocutor (esposa, socio, contador, etc) en lugar de escuchar alternativas de soluciones al pagar los mismos (como pudiera ser el elaborar una estratégia de pago por períodos o la deducción de gastos en base a facturas, etc.)
El ofuscamiento genera agresión y esta a su vez genera el romper el equilibrio para crear sinergía o enriquecimiento en base a la experiencia de otros y a la acción.
Hay que buscar respuestas sabiendo lo que el interlocultor expresa, como moldea su cara, que imagen nos da, cual es su expresión corporal y todo lo relacionado a la parte visual para que las emociones fluyan y se complementen, de ahí el análisis tendrá más opciones de respuesta y las decisiones problablemente estarán más sustentadas en el mutuo beneficio que en el rechazo automático.
Como dice el dicho "el pez por la boca muere"

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