miércoles, 19 de septiembre de 2007

Como los camaleones,

hay que transmutarse según el follaje del medio ambiente en el que se interactúa.

En algunos medios el ambiente es cerrado y difícil.

Hay que saber encontrar los resquicios para poder acceder a el, si es que es de interés.

Analizar la forma de vestir de la contraparte, su expresión corporal, su conocimiento del tema, si es astuto o solamente se basa en apariencias.

Saber manejar las apariencias y las expectativas de los demás en uno es una especie de mutación camaleónica.

Concentrar el conocimiento genera poder y el poder genera en la mayoría de los casos libertad para actuar.

Si a un albañil le hablas vestido como albañil, no te respetará.
Si a un banquero le hablas vestido con lujos exagerados desconfiará de ti.

Debes saber que posición juegas en el juego.

En algunos casos ocuparás una posición en la cual te seguirán y en otras ocasiones tu deberás seguir.

Dar órdenes y recibirlas es parte del proceso de mutación.

No mostrar demasiado interés en algo porque te descubrirás.

Saber escuchar, interpretar lo que dicen los demás, lo que esperan escuchar de ti.
Saberse mover sin recibir la culpa o los reclamos.
Moverse en un medio difícil para obtener lo que otros no pueden.
Aprovechar las oportunidades y dejar una buena imagen.

Es un todo complicado y es un todo absorvente.

No es fácil y nunca hay que dar por sentado nada.

Es un juego camaleónico.

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