sábado, 24 de julio de 2010

Cuestión de elección.

Ha llegado el momento de elegir, conscientemente, considerando lo que yo soy y lo que yo quiero.
Me aburre la gente cotidiana, la del trabajo, la de la calle, los viejos amigos.
No me gusta ir a fiestas en casas, en donde llego y soy como el desconocido de todos y a la vez tengo que conocer gente.
No me gusta esa gente, sus peinados, sus colores, la forma de hablar y los temas de los que tratan.
No quiero hablar de trabajo, ni a lo que me dedico, ni mi situación social o mi interés político o religioso.

Lo he intentado, he intentado ser parte del todo "normal", he sido anfitrión de comidas, de reuniones, he intentado salir con esta o aquella chica, me he reencontrado con aquella vieja amiga o con aquel amigo que alguna vez fue parte de "algo" y hoy es parte de "nada".

No me gustan las reuniones familiares, exceptuando las que tengo con mi madre y mis hermanas.
Pero me causan una gran desidia, los tíos, los primos, los otros primos, las esposas de mis tíos, las nuevas esposas de mis tíos, las novias de mis primos, los amigos de mis primos, mis sobrinos, a excepción de mi única sobrina directa.

Me aburro de sobremanera en las reuniones con mis compañeros de preparatoria o con los compañeros de universidad y con todos aquellos compañeros con los que compartí alguna vez, una investigación, proyecto, meta de trabajo o sueño idealístico.
El superar o ser superado ahora trae diferencias de "clase" que se restregan una y otra vez en la conversación o en la actitud, acentuándose mas en el pobre "diablo" que no fue a los ojos de los demás, o el homosexual o cualquier cosa que no le guste a ese gran grupo exitoso y que genere un desprecio al diferente.

Me dan flojera los jóvenes pubertos, indiferentes en su mundo y en sus circunstancias, en su apatía, en su recelo y en su estúpida ingenuidad.

Los snobs, los pseudoartistas, los fumadores de mota, los ejecutivos, las salas de aeropuerto, las aduanas, los complejos de clase, los morenos, los negros, los blancos y los ateos.

Los pseudocientíficos que según ellos saben mas que los demás y a la vez son un mar de complejos, los trabajadores de gobierno, los secretarios de estado y los legionarios de Cristo.

Los ricos por no cambiar la estructura social del país y los pobres por no revelarse, porque no se genera un cambio real y seguimos cayendo a ese averno profundo.

Las mujeres que han sufrido sus relaciones con los hombres y te quieren cargar sus complejos como si tu fueras el culpable y el responsable de su felicidad.

Los compañeros de trabajo que se excusan en su mediocridad y no se compromenten a una causa, los compañeros de escuela que nunca aportan nada y que no polemizan los temas cotidianos.

La gente que no piensa, que no se compromete, que no da, que te quita, que te chupa, que te come.

También estar solo o rodeado de muy poca gente es una cuestión de elección, de dejar todo esa parafernalia que me agota y que me deprime.

Es tiempo de formalizar esa elección y ser mas creativo en el mundo que me corresponde vivir.

Tengo que aprender a ser mas fiel a mi alma.......

1 comentario:

Jo dijo...

la elección la hacemos y a veces hay quien se cree con el derecho de impedirlo o a su vez, procurar nos guie su palabra...

esos protocolos, acuedos, simbolos y premisas que dictan no muy bien con todos voy y sin embargo a veces en cntradicció descubro que va mas d euno que me rige.

la elección a veces tiene que asumirse
con todo y consecuencia