martes, 30 de agosto de 2011

Las aguas toman su nivel......

O lo que es lo mismo, te preocupes o no, el destino de tu vida te acompañará siempre, ya sea porque le pusiste empeño o porque te tiraste en la hamaca, porque reíste o porque lloraste, porque estuviste tranquilo o en un mar de preocupaciones.

Estoy sentando enfrente de esta computadora, en mi comedor de madera rústica mexicana y escuchando en la tele la música continua del canal brasileño de música pop del cable.
Varios platos sucios me esperan para reencontrarme con ellos y asearlos, dejarlos limpios y brillantes, una cama destendida por tender y varios bultos de ropa sucia a punto de echarse un clavado en la lavadora y después en la secadora.

Después de haber corrido tres kilómetros a paso lento con dolor de canillas y de haber desayunado un jugo de naranja, un sandwich de atún y ensalada sazonada con aceite de olivo y vinagre y despues un café con leche.

Esta parte burguesa, que me encanta, que me provoca y que me envuelve en esta vida privilegiada y entregada al ocio me atrapa, me seduce y sinceramente me encanta.

Que lejos están aquellos tiempos de reloj en mano llegar a la oficina, con un traje rígido y los subordinados con sus ropas recién planchadas listos para darme lo mejor de ellos, o al menos aparentarlo, llamadas tempraneras para ir a una junta, reportarle a los tres jefes, en el tono que a ellos les apetecía, todo para que al final se derrumbara en montañas de polvo y todos saliéramos despedidos como esquirlas de una granada que explota porque ya no puede contener su energía.

Problemas nuevos que resolver, pero sinceramente no me importa el resultado, no me importan las consecuencias, ni los tiempos de sosobra, de pena y de malestar continuo.

Mediocridad, probablemente sí, lo acepto, pero es mi mediocridad, al final del camino todo ha venido saliendo y las aguas turbulentas, regresan a su nivel y se vuelven a conformar en turbulencias que se vuelven a calmar.

Mi siguiente etapa será de viajar, de conocer, de ir de aquí hacia allá.

Si el objetivo es la tranquilidad, no hay acto mas bello que tenerla ya, no depender de nadie, de nada, no querer nada, nadie.

Circunspecto en mi vida, en el ritmo que le he impuesto, en su vanalidad, probablemente en su desperdicio.

¿Y qué?

Es mi vida y así me gusta vivirla....


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