jueves, 28 de octubre de 2010

Levantarse por la mañana.

Despertar, bañarse y desayunar.
Transportarse para ir al trabajo.

Esta es la parte del día mas ardua ya que es el inicio de actividades después de haber dormido por un período de descanso.

Evidentemente si uno se desvela, pues rompe el ciclo natural del sueño y esto hace que las levantadas sean muy difíciles de hacerse.

Aunque la ducha de la mañana refresca y despierta un poco, además de las necesarias dosis de café, de todos modos uno sigue como zombie hasta el medio día.

Si los períodos de desvelo son continuos pues para el miércoles o el jueves ya el sistema nervioso está completamente alterado y vienen las sobrecargas de estrés.

No se porque a veces tengo la insistencia de desvelarme por cualquier razón irrelevante y eso da por hecho que me cueste tanto trabajo despertarme y ponerme en la rutina diaria como normalmente lo hacía.

No es cuestión de que haya una razón importante para desvelarme, realmente no la hay, ni siquiera debería ver la televisión ya que en general no me gusta hacerlo.

Pero algo hay ahí que me inquieta y hace que adictivamente me desvele una y otra vez.

Como si la actividad de los días no fuera lo suficientemente demandante como para irme a la cama a dormir.

Tengo que disciplinarme en este aspecto.

1 comentario:

Jo dijo...

anoche me sucediò similar
y no tenìa una razòn para desvelarme... y asumia que ya era muy tarde y que lamentaria estar con el ojo pelòn...

y aun asi no dormi
y aun asi me despertè como si nada

y sigo sin sueño

y hay quien dice que los desvelos los causan los mal de amores, la deudas o alguna vecina d ebuen ver


dicen

:)