Puf, paf, pif...
Esta semana me buscó Sergio mi anterior asistente para comentarme una vez mas las mil peripecias que tiene que hacer para sacar su trabajo, en un proyecto que una y otra vez mas no acaba por levantar, que se encuentra completamente estancado, sin brío.
Decidí reunirme con él a comer a sabiendas que nada nuevo escucharía de su parte, si lo hice fue un poco por morbo y otro por atención a tan servicial compañero.
La platica fluyó como siempre hacia sus innumerables tribulaciones, es complejo establecer comunicación con una persona que no sabe escuchar, solamente como un autómata empieza a hablar tema tras tema, sin parar y yo pongo cara de que estoy escuchando algo nuevo, pero desgraciadamente para él, para ese entorno tan próximamente pasado y tan eternamente muerto, creo que las cosas están muy mal y que no superarán la meta.
De todos modos debo estar, cerca, para escuchar, para ver que parte del pastel cae, para ver si algo me puede convenir a la larga, como siempre bajo el matiz de la especulación.
Pero que jodidez, yo no se como estará Vicente, pero supongo que debe estar ya desgastado de tantas noticias adversas, no lo sé, es frío, probablemente ya sacó lo que tenía que sacar, realmente no se si su situación sea desesperante pero lo supongo.
Ya me imagino los mil problemas con clientes y autoridades, con una unidad habitacional sin los servicios al cien por ciento, con los costos para llevar el agua en pipas, o la luz con plantas.
También me enteré de que a Fernando lo liquidaron que ya no está.
Como entes del pasado se han ido (o mas bien han ido) retirando a cada uno de los que alguna vez fuimos o tuvimos cierta representatividad ahí.
ya no está Carlos, Fernando, Esther, Mónica, Guillermo, Paco, Elizabeth, y tantas personas incluyéndome.
Que banal es la vida, que efímeros son los sueños, que densas son las pesadillas....
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