miércoles, 7 de marzo de 2007

Rumores.

Siempre los rumores vienen envueltos en el misterio de su origen, nunca se sabe de la veracidad de los mismos y en la mayoría de las veces cual es su pretensión.
En la vida política siempre están presentes, en muchas ocasiones persiguen manchar la reputación de alguién con respecto a algún acto determinado para disminuirle popularidad o evidenciar sus debilidades.
En el transfondo político la mayoría de los rumores vienen de la base, en la cual se gestan las acciones y se tiene el mayor contacto con la realidad.
Los líderes de la base diseñan una estratégia en la cual el rumor es una herramienta para difundir un mensaje que se pueda propagar rápidamente hacia la cúpula.
Evidentemente los líderes de la base siguen las órdenes de los líderes de la cúpula.

Otras veces el rumor es para distraer la realidad cotidiana la cual puede ser desfavorable en ciertos momentos para algún líder político, se han creado historias fantasiosas en las cuales hasta la aparición de seres imaginarios se hacen reales y crean una psicosís colectiva entre las masas, con lo cual se gana tiempo para enmendar ciertas fallas cometidas.

En las oficinas, el rumor en muchas ocasiones tiene que ver con personas en cuanto a sus relaciones fuera del trabajo, la más común es la del jefe que sale con la secretaría o en estos tiempos con la asistente más brillante del equipo.
Lo anterior es con la finalidad de evitar la trascendencia de una persona en la empresa por parte de sus compañeros, ya que en la gran mayoría de las ocasiones la mediocridad es lo que impera en este tipo de lugares.
Me refiero particularmente a este caso porque lo he visto en México en particular como el más común.
Otro tipo de rumor en las oficinas es el de noviazgos entre compañeros de trabajo ya casados con la idea de dividir equipos en casos en los cuales algún área específica adquiere más poder que otras.

Cambiando el tema, existe un rumor cuando hay incrementos salariales y se comenta quién recibirá más incremento por razones de amiguísmo o compadrazgo.
Muy pocas veces se habla de rumores con respecto a la operación del negocio en sí, ya que a menos de que se especule si la empresa será vendida o quebrará, estos son aburridos en cuanto a su comparativo de interés con respecto a la honorabilidad o falta de ella de las personas.

Aparentemente el hablar de las personas es la sal del día en las oficinas o lugares de trabajo en donde exista la mezcla poder y seguridad económica.

Existe por otro lado la idea de que el rumor es malo en la mayoría de las veces, pero no necesariamente tiene un transfondo negativo.

En algunas ocasiones se genera la idea de provocar a la gente una imagen de esperanza mediante la generación de rumores que tienen cierta dosis de realidad inmediata y con fines de satisfacción colectiva.
Por ejemplo el caso en la segunda guerra mundial, cuando los alemanes estaban a punto de perder y desde Berlín se generaban rumores de que un cambio estratégico ya efectuado daría un cambio al curso de la guerra, aunque está ya se encontrará totalmente perdida.

El ser humano no puede disociarse de su mundo fantásitico, de imaginación, de escenarios con cierta penumbra que le generen una incertidumbre que lo motive a estar entusiasmado con respecto a un fin o una situación en particular.
Por lo anterior los rumores son escencialmente parte de esa fantasía que el hombre necesita para retroaliemntarse diariamente ya que le aterra la monotonía y el aburrimiento.

Es por lo anterior que el rumor siempre existirá mientras el hombre exista.