Así era ella,
cuando corría, cuando jugaba.
bella e insospechada,
cuando reía, cuando cantaba.
Siempre se reflejaba,
en el charquito de la calzada,
dulce e imperturbable,
cuando crecía, cuando miraba.
Tenue como la luz,
siempre nos inspiraba,
a un mundo bello, a un mar de estrellas,
de mil colores, de magia blanca.
Dentro de su penumbra,
un mundo bello se transformaba,
rizos de mil colores,
nos sacudían, nos motivaban.
Una y mil historias,
nos conmovían, nos inspiraban,
un cántico siempre dulce,
que me dormía, que me arrullaba.
Tenue como la luz,
siempre se disipaba.
caleidoscopio de formas, que su mente transformaba,
uno y mil mundos, en los que Paula siempre jugaba.
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