El siguiente precepto es muy citado
por Platón: «Cumple con tu deber y conócete.» Cada
uno de los dos miembros de esta máxima envuelve en general todo nuestro
deber, y el uno equivale al otro. El que hubiera de realizar su deber,
vería que su primer cuidado es conocer lo que realmente se es y lo que
mejor se acomoda a cada uno; él que se conoce no se interesa por aquello
en que nada le va ni le viene; profesa la estimación de si mismo antes
que la de ninguna otra cosa, y rechaza los quehaceres superfluos y los
pensamientos y propósitos baldíos. Así como la
locura con nada se satisface, así el hombre prudente se acomoda a lo
actual y nunca se disgusta consigo mismo. Epicuro dispensa a sus
discípulos de la previsión y preocupación del
porvenir.
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