viernes, 3 de diciembre de 2010

Atiborrándose.

Ayer vino Juan José de México a hacer su visita a los avances del proyecto.

Como gerente general de operaciones siempre está a las carreras y mas ahora que la empresa está fusionandose para tener mas trabajo.

Operativamente él es muy capaz, siempre todo lo tiene al día y es muy ordenado en la programación de actividades, llevando todo en un programa muy detallado.

Siempre viene con su chofer y va y recorre las obras con el personal de la construcción y luego ve a los de ventas y luego a los de escrituración.
Sube, baja siempre a una ritmo frenético de actividades por hacer en el caótico mundo financiero por el que estamos.

Es muy activo, siempre fue un excelente deportista y es muy intenso.

Solamente que tiene un defecto que para mí es fundamental en su posición, es demasiado conciliador, es el buen tipo que quiere ser amigo de las personas y que cree que todos tienen buena intención, algo con lo que yo difiero en lo absoluto.

Ayer llegó a una de las obras y uno de los gerentillos de pacotilla de la empresa con la que nos estamos fusionando, literalmente lo ignoró durante la inauguración y colocación de la segunda etapa de uno de los proyectos.

Eso me lo contó ya tarde cuando estábamos comiendo y se le veía la decepción en el rostro.

La misma pregunta: ¿Como puede ser posible que me parta el alma por el trabajo y me desairen?

El ser workalcholic, es un defecto muy generalizado en las personas que creen que por sacrificarse al máximo y a su familia los van a tomar en cuenta y que serán respetados.

Al contrario, la gente siempre espera que cumplas y si no cumples pues te cortan.

El hecho de dar de mas todos los días genera un desgaste que nunca es reconocido por nadie.

Siempre está el especulador que quiere sacar ventaja de que trabajes como un loco todo el día.

Yo tengo la idea de que la materialización de las ideas debe ser práctica, porque lo mas importante es la negociación frontal y directa.

Si el pendejo que desairo ayer a Juan José me hubiera hecho eso a mi, lo hubiera puesto en su lugar inmediatamente.

En el mundo laboral de hoy en día, hay que ser práctico y directo.

No hay que elaborar tanto los trabajos, mas bien hay que saber venderlos.

Siempre habrá huecos que queden inconclusos, pero siempre habrá acciones inmediatas para satisfacer las necesidades que se creen.

Hay que ser efectivos en el corto plazo y también hay que hacer otras cosas con la vida de uno.

No nadamas es trabajar como burro para sostener un estilo de vida que está basado en el consumo.

A veces uno se carga con familia, casas, carros y luego uno tiene que andar cargando con todo eso viviendo una vida desquiciada y temerosa.

Eso para mí quedo hace diez años atrás.

1 comentario:

Jo dijo...

he aprendido con el tiempo (y tarde) que nunca hay que esperar nada de los demàs :(