Regreso a la realidad.

Ayer me robaron la llanta del carro, evidentemente con el rin y los birlos.

Ya decía en mi mente que no debía de dejar el carro ahí, ya tenía el antecedente de otro robo anterior un año atrás bajo las mismas circunstancias.
Pero lo dejé, me tarde una media hora, tiempo de mas para que me bajaran la llanta y me dejaran colgando el carro con la balata pegada al pavimento.

Lo tomé con calma, me puse mi suéter, saque el teléfono del seguro para la grúa, tome la matrícula del carro, las placas y la dirección.
Hice la correspondiente llamada y también escuche que el seguro no paga la llanta robada, que dijera que la llanta se había ponchado, todo eso ya lo sabía.
La experiencia me decía que ni siquiera intentara quitar la llanta porque los birlos estarían bien pegados.
Así que seguí el procedimiento indicado y me puse a hacer unas llamadas en lo que llegaba la grúa.

Esta vez estaba en una calle mas céntrica que la del primer robo, por lo que deduje que la grúa se tardaría una media hora.
Tal y como supuse llegó, pero ahora cambié el procedimiento y le pedí al chavo que mejor me pusiera la llanta de refacción y tomará un birlo de las otras llantas, así que con los tres birlos y la llanta puesta me fui a mi departamento a dormir.
En la mañana siguiente ya bañado y desayunado, tomé la decisión de no volver a gastar los casi nueve mil pesos que cuesta el rin mas los cuatro mil de la llanta y los mil doscientos de los birlos y la mano de obra, en la agencia y mejor ya de plano me fui a la calle en donde te venden lo robado.
Después de dejar el carro cerca de ahí en un estacionamiento me fui en taxi, primero esperé a verle la cara a un taxista que me diera confianza porque me tendría que acompañar a donde están todos los vendedores del bajo mundo.
Llegué y luego luego me topé con un chavo, con el que regateé y al fin quedamos en que me vendiera un rin exacto y una llanta michellin nueva en tres mil seiscientos pesos.
A los quince minutos ya tenía la llanta y el rin, hasta observé el rin y pensé si no fue el que me robaron la noche anterior o hace un año.

Llegué al estacionamiento, le pagué doscientos pesos al taxista porque me cayó bien y me tomé un café.
Me fui a la llantera para que me hicieran la alineación y el balanceo y me pusieran la llanta.
Mil pesos fue el total el cual pagué y me fui a ver una cita que tenía en un lugar vecino.

Después de comer una comida asquerosa en la calle, el carro ya estaba listo.

Me regresé a la oficina y ya todo está arreglado.

Nada de esperarme una semana sin carro y después de pagar quince mil pesos en la agencia.

Estando esperando a que me pusieran una llanta me dí cuenta que en la esquina de la llantera había una casa de citas y vi a una morena buenisima que entró a la misma.

Que cosas ve uno cuando uno no espera ver nada.

Estoy leyendo un mail que dice que mañana vaya a la oficina corporativa en el df, porque ya la fusión es casi un hecho y que tenemos que hablar acerca de las nuevas disposiciones operativas y todo el ajuste que tendremos que hacer con la empresa nueva que nos compró.

Llevó tres años acá y todo ha salido como me lo había planteado, han sido tres años de disfrutar mucho la vida, de sentarme en cafés, de ir a cines, de estudiar francés, de jugar golf, ahora habrá que ajustarse para regresar a la realidad con esta gente nueva y desconfiada, que aunque le han hablado bien de mi, probablemente los tenga atrás todo el puto día.

Tengo como una nostalgia extraña, al menos este período ha servido para afrontar con mejor situación la deuda que tengo pendiente y todo se va consolidando.

Será cuestión de ver que pasa, será cuestión de ver que conviene.
será cuestión de regresar a la realidad......